Ha terminado en prisión. Como todos y cada uno de los detenidos este verano por la Guardia Civil cuando intentaban trasladar de Ceuta a la Península a inmigrantes, bien a bordo de motos de agua o en embarcaciones. De la segunda manera lo intentó un joven español, del sur peninsular, pero no llevó a buen puerto el pretendido tráfico de hasta cinco marroquíes -entre ellos una mujer- que iba a realizar desde Santa Catalina. El Servicio Marítimo abortó el negocio delictivo no sin complicaciones, después de que los dispositivos del SIVE detectaran la salida sospechosa de la embarcación de recreo, de las utilizadas este verano para acciones delictivas bien de pase de personas o de drogas. Este sábado el detenido fue puesto a disposición judicial, ordenándose su ingreso en prisión preventiva a la espera de juicio. Tendrá que sentarse ante el tribunal, acusado de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, tras haber puesto en riesgo la vida de los cinco marroquíes que portaba. Uno terminó en el Hospital al haber sufrido la rotura de una mano.
La Guardia Civil ha intervenido la embarcación usada, abriéndose ahora la oportuna investigación sobre su origen, si figura como robada o no, su titularidad y su posible relación con otros hechos. Este es papel de la Policía Judicial y forma parte de la continuación de todos estos episodios migratorios que se repiten con mayor frecuencia en verano.
Todos los detenidos como pasadores en los últimos meses, salvo excepciones, han ingresado en prisión preventiva a la espera de juicio tras ser sorprendidos en plena travesía por los agentes.
El caso más sonado de intento de pase de inmigrantes de los últimos meses, en esta ocasión de Marruecos a Ceuta, fue el de un coche-patera que se estrelló en Arcos Quebrados, cargado con siete personas, una de ellas herida de gravedad y que acabó perdiendo una de sus piernas. La principal responsable de los hechos sigue escapada de la justicia.