Los sueños están para cumplirlos, aunque estén a una altura de más de 2.500 sobre el nivel del mar. Manuel Rodríguez y Jorge Rodríguez del C.D. San Urbano; Rafa Bringas, del Club Ceitil; Javi Millán, de Anyera; Macarena De Torres, del Club Tridingo y Alejandra Santana, de ‘Manada’ han sido los afortunados de esta edición en poder participar en una de las pruebas más prestigiosas del calendario mundial a la que no se entra así porque sí.
Jorge Luis Rodríguez, atleta del CD San Urbano explicó cuál es el periplo que un atleta aficionado ha de recorrer para poder participar en esta dura prueba. “Durante varios años te planteas participar en pruebas del circuito nacional para poder puntuar y una vez has conseguido los puntos necesarios tienes la opción de entrar en un sorteo de participación”. Un sorteo porque el número de solicitudes es inmenso y este tipo de eventos están muy reglados.
Es una prueba extrema en la que las medidas de seguridad son excepcionales. Se limita no sólo el número de participantes en cada una de las seis pruebas de las que consta la UTMB, también hay normativas en cuanto al vestuario o la propia mochila que cargan los participantes que tiene que tener una capacidad determinada: “Si la organización no la ve adecuada, te prohíbe la salida por seguridad”. Hasta ese punto se hila de fino, y es normal. La prueba en la que se ha inscrito Jorge Rodríguez ha de recorrer una distancia de 101 kilómetros, con un desnivel positivo acumulado de 6.000 metros, llegando a una altura de 2.584, en la Tête de la Tronche a los 9 kilómetros de tomar la salida, en Courmayeur.
Prepararse para esta prueba no es nada fácil. Se prepara una temporada de cara a esta prueba sin saber “si vas a salir agraciado en el sorteo”. Se lleva a cabo la planificación del año completo cuyo objetivo es el Mont Blanc. Y luego está el tema de la altura. El porcentaje de oxígeno en el aire es constante a cualquier altura (21%), pero la presión atmosférica varía. Con la elevación se reduce la presión y esto influye en la cantidad de oxígeno que se inhala en cada inspiración. Al inhalar menos oxígeno, los pulmones y corazón realizan un mayor esfuerzo y gastan más energía, adelantando la fatiga. Más altura igual a peor calidad del entrenamiento.
“De hecho uno de los principales escollos a salvar es ese, el de trabajar en altura ni en Ceuta ni en zonas cercanas se puede entrenar, ese es el motivo por el cual hemos estado entrando en Granada y hacer la Ultra Sierra Nevada”.
Una aventura que tiene un tiempo límite para cumplirse. El tiempo máximo de la prueba está fijado en UTMB, 46:30 horas; en la CCC, 26:30 horas; en la TDS,42:00 horas; en la OCC, 14:30 horas y en la MCC: 10 horas. Todos quieren ser finisher, cada uno de ellos con sus expectativas en cuanto a los tiempos que marquen al llegar a Chamonix.
Una prueba con muchos apoyos
Muchos han hecho posible que este sueño se pueda cumplir: familiares y amigos, sin olvidar a fisioterapeutas y entrenadores. Pero sin patrocinio hubiera sido más complicado. Grupo Paublete, Grupo Ecos, Balearia, Doncel, Factory Rooms, The Corner Shop, R-3 Grupo (Costa del Sol), Equipo San Ildefonso, Energy Drink, Papel de Aguas, Ceuta Azul, Tremendo, Bar Portuario, Electricidad Rivas, Bici Ceuta, D’Mamis y los clubes de los seis inscritos.
Una prueba con historia caballa
Juan Carlos Lehr Heredia fue uno de los pioneros en participar en la UTMB. En 2017 disputaron esta dura prueba: José Miguel Borrego Reina (UTMB), Manuel Jesús Rodríguez Ruiz, Carlos Cristian Cabillas Martos y Carlos Aragón (CCC).
En 2018 sólo fue agraciado Antonio Peña Bao, que se inscribio en la CCC (Courmayeur - Champex - Chamonix con 101 km y 6,100 metros de desnivel positivo). Ese mismo año Claudio Alarcón Biondi optó tomó la salida en la MCC, (Martigny Combe, en Suiza, finalizando en Chamonix) con un recorrido de 39km y no menos de 2.400 metros de desnivel.
Trabajar en altitud
El grupo decidió llevar a cabo dos sesiones de entrenamiento en Granada para adecuarse lo mejor posible a las condiciones que se encontrarán en el Mont Blanc “y cuando uno llega a 3.000 metros, cierto vértigo se sufre y mareos también, pero uno está pendiente de cumplir con los entrenos y valorar las sensaciones”, aseguró Rodríguez.
Si Susana,conozco bien a Jorge,está chalao