Es en nuestros días, en estos que hoy manan como corriente que se ahogó, cuando la moral, las cuestiones humanitarias y la negociación de la ley, hacen sobrecogerse a todo aquel que desea, por encima de todo, que la Constitución Española impere y vuele girando alrededor del arco donde se enmarcan los valores, los derechos y las obligaciones de todos los ciudadanos españoles, esa Carta que fue votada masivamente por el pueblo. Hoy ha sido el día en el que, alguien, con poder, ha decidido dirigirse a los que le votaron y a los que no, para mentirles nuevamente. El Señor que tiene poder, con ese batiburrillo mental, llámense contradicciones o suposiciones que ha ofrecido, yo creo que ya no transitorio, ha conseguido demostrarles a los que miran con objetividad, que, a pesar de gozar de la información, exponía sin argumentación lo que es contrario a una realidad que aflora sin piedad.
No sería desmesurado pensar que España, nuestro País, se encuentra envuelto en una encrucijada que primeramente debería ser merecedora de una reflexión seria. El divide y vencerás es el argumento que muchos interesados promulgan con sus actuaciones y que sus consecuencias son ya bien visibles. En este caso podríamos debatir sobre el caso de los inmigrantes ilegales. Las Organizaciones No Gubernamentales y las que no lo son, se contradicen diariamente con manifestaciones y exhibiciones que dejan estupefactos al pueblo. Y pueblo “somos todos”. Sería concluyente su veracidad ante la verdadera extorsión que provocan esos inmigrantes citados procedentes de numerosos países, cuyo uno de sus principales propósitos es delinquir en nuestra tierra, un “modus vivendi”, amparados por una mentalidad que les proporciona un país que aún se contorsiona con una juventud democrática.
Estos elementos, de los que no conocemos sus fechorías en sus países de origen, constituyen el eje central de una inmigración incontrolada. Y que a los que, realmente y sobremanera perjudican, es a aquellos que desean forjarse un futuro honorable. Un efecto significativo de esta evolución y que levanta acta notarial, lo refleja el hacinamiento que padecen las prisiones españolas, casi todas dobladas en su capacidad, y que nos hace dudar si la construcción de más cárceles es la solución para paliar un problema que alcanza términos dramáticos. En contraposición con épocas pasadas pero cercanas, se han afianzado nuevos tipos de delitos que son capaces de encarcelar por la misma causa a veinte o treinta personas, generalmente agrupados en organizaciones que siembran en la escuela del terror, de la extorsión, del control de drogas y de la prostitución.
Una forma de actuación cohesionada entre las entidades homologadas para sentarse a la mesa y debatir, contribuiría a asentar las bases para un entendimiento que llegara a la ciudadanía y eliminara la contradicción y la duda, que redundara en un beneficio general y en detrimento del interés particular. Las condiciones en las que hoy se trabaja en los Centros Penitenciarios alcanzan el límite de lo preocupante. Será en cierta manera la influencia de la “Virgen de la Merced”, Madre de los internos y protectora de los funcionarios la que, de manera sobrecogedora, actúa para que no se produzca un mal mayor en el habitáculo penitenciario. Las agresiones producidas en los últimos tiempos y de manera habitual, es una consecuencia de la falta de respeto y consideración que merece el trabajador que desarrolla su trabajo en el interior de las prisiones. Es cierto que cuando se decide una profesión que se sabe difícil y complicada, también es cierto que nadie va a su trabajo para que lo agredan y le produzcan lesiones importantes. Ayer fue en Puerto 2, donde con un fuerte mordisco en la mano de un funcionario, un interno lo mandó a urgencias. Y ayer, igualmente, otro empleado de la prisión de Murcia hubo de ser operado en una mano por las lesiones que le produjo otro recluso. De manera general, estos hechos deleznables se vienen sucediendo sin que haya una respuesta general por tanto atropello. Las nuevas creaciones de tanto valor y grandes instalaciones, parecidas a hoteles de varias estrellas y mejores que una Residencia de Ancianos, donde se va por necesidad y no por obligación, no parece ser la panacea para que los internos observen un mejor comportamiento. Trabajar con personas que la sociedad elimina de sus calles, no debe ser exclusivamente responsabilidad de unos Funcionarios de Prisiones abnegados. Es un problema general que debe ser solucionado por las autoridades correspondientes que, como se puede entender, no tienen que tener vinculación laboral pero sí esculpidas por una Leyes dignas. Parece ser que los internos, algunos, varios o muchos, tienen más derechos que los propios funcionarios, estos sometidos a la violencia y agresividad que muestran desde un comportamiento que vulnera su integridad, y poniendo en peligro un derecho fundamental, como es, “el derecho a la vida”.
Y como se puede comprobar, valdrían los siguientes ejemplos:
Félix Bengoa, condena de 134 años, cumplió 19 años (14-11-80 a 21-10-1999).
Francisco Esquisabel, condena de 180 años, cumplió 22 años (13-10-1980 a 17-08-2002).
Iñaki Bilbao, condena de 52 años, cumplió 17 años (06-07-83 a 28-09-2000). Volvió a matar.
Pedro Guridi, condena de 68 años, cumplió 21 años (14-11-80 a 11-04-2001).
Gervasio Aguirre, condena de 43 años, cumplió 22 años y medio (01-01-80 a 17-05-2002).
Luis Marcos, condena de 51 años, cumplió 21 años (04-02-81 a 17-10-2001).
Coro Eguibar, condena de 53 años, cumplió 19 años (20-02-82 a 05-08-2000).
Emiliano Viaña, condena de 42 años, cumplió 12 años (27-10-87 a 10-09-1999). Jarrai
Francisco Cabello, condena de 120 años, cumplió 17 años (05-11-86 a 12-02-2003).
Eugenio Irastorza, condena de 96 años, cumplió 23 años y medio (28-02-80 a 09-09-2003).
Y así, una lista de cerca de doscientos etarras, que, es preciso significar, no todos se acogieron a las medidas propuestas, sino mas bien a que, en su caso, lo fueron por cumplimiento o por la acumulación de penas. La reinserción no fue aplicable a los mismos, cuestión necesaria para que un recluso de estas características, acceda a un tercer grado y su Libertad. ¿Cómo podríamos saber que hoy día no se les beneficia mas todavía?... permitan este alegato por los Funcionarios de Prisiones que, soportan con entereza, los vaivenes de un trabajo peligroso y mal remunerado.