La Internacional de la Educación ha traído hasta Ceuta un proyecto pionero de educación, pero también -y sobre todo- de integración. Desde ayer y hasta el fin de semana, medio centenar de inmigrantes menores no acompañados y un grupo de estudiantes de Pedagogía de la Universidad de Málaga convivirán para crear entre todos ellos oportunidades de futuro.
Esta idea está respaldada por la Ciudad y CCOO, ya que se trata de una idea que beneficia a ambos colectivos. La coordinadora del proyecto defiende que no se trata sólo de un proyecto académico que tenga algún tipo de rédito extraescolar, sino que prepara a estos estudiantes, sobre el terreno, de lo que va a ser su futuro y también empezar a crear esa empatía hacia los colectivos vulnerables con los que tendrán que tratar.
En el caso de los jóvenes extranjeros, se les da esa atención que muchas veces no tienen. Y es que con este tipo de iniciativas se apuesta por la atención a este colectivo por medio de la educación. Además, es toda una oportunidad para salir de la rutina en la que muchas veces se anclan estos adolescentes, con actividades de ocio durante estos cuatro días que dura el programa.
Una iniciativa que no tendría por qué quedarse en un hecho esporádico, sino que debería extenderse para atender a estos colectivos vulnerables que aloja nuestra ciudad, donde el ideal de la educación debería prevalecer y no el de la discriminación o la marginación que a veces sufren.
Es normal que muchos apoyen este tipo de proyectos, pero lo que hay que hacer, también, es fomentarlos.