La Salvamar Gadir volvió a realizar ayer un servicio de auxilio rescatando a nueve inmigrantes subsaharianos que habían quedado a la deriva en tres balsas de juguete. Un pesquero los detectó en medio del Estrecho, en malas condiciones por lo que la intervención de la tripulación de la ‘Gadir’ se convirtió en vital para conseguir salvar las vidas de los náufragos. El drama de la inmigración salpica jornadas de un verano en el que la presión queda representada en forma de balsas. Prácticamente a diario la Guardia Civil se ve obligada a rechazar embarcaciones y con similar asiduidad los miembros de Salvamar acuden a atender emergencias, salvando vidas. Vivas de personas anónimas, hombres y mujeres que salen engañados por las mafias y que lo hacen emprendiendo travesías arriesgadas, que dependen de los caminos que siga una balsa de juguete. En lo que va de verano más de 60 inmigrantes han sido rescatados de esta guisa, y forman ya parte de las listas de compatriotas que permanecen acogidos en el centro de estancia temporal.Detrás de ellos permanecen esas historias de hombres y mujeres que han buscado una vida mejor sin reparar en la forma en que pretenden conseguirla.