Sabéis, amar no es cosa fácil, lleva su carga de dolor... Sin embargo, amar te hace libre, porque amas lo que quieres amar a pesar de las dificultades que puedes encontrar en ello... Si amas de verdad, con profundidad, es algo duradero y no presa de un capricho, o de un momento de aburrimiento de un domingo por la tarde donde puedes sentir la náusea de la existencia como sentían los “existencialistas”.
A nuestro modo de ver, no existe un solo amor que te abarque completamente, porque cada persona tiene su encanto personal que puede llegar a enamorarte y a desear su presencia más allá de las limitaciones de cómo está configurada los usos y costumbres de la sociedad... La sociedad nos configura y nos amolda a la moda del momento, sin dejarnos expresar cómo entendemos y sentimos el amor; sin embargo, el amor todo lo mueve y lo cambia, porque el amor es la fuerza que mueve el mundo de los sentimientos, con la misma fuerza con que giran los astros en el cosmos.
Aún en el caso que tengas una imperecedera hoguera de amor con tu amada, siempre cabrá en tu corazón aquella mirada que te cruzaste con una desconocida en el tren que bajaba hacia el sur en la estación de Atocha... O aquella muchacha que te dejó un poema sólo con su nombre de pila y que apenas intercambiasteis unas palabras que nunca más se volvieron a entrecruzar... O, aquella otra en los atardeceres rojos del puerto, que junto al primer lucero, nacieron también los primeros besos preñados de la juventud primera. O, aquel sueño con la diosa del amor, que nunca supiste si fue del todo un sueño; o, acaso fue otra realidad más allá de las horas presentes que sólo marcan el tiempo en el viejo reloj de la plaza del ayuntamiento, y que las campanas de la catedral dejan caer su sonido de bronce repitiendo el mismo eco de golpe en golpe sin término...
"La sociedad nos configura y nos amolda a la moda del momento, sin dejarnos expresar cómo entendemos y sentimos el amor"
Sí; el amor no tiene amo ni patrón, pues se ama lo que se quiere amar... Nada está atado, salvo las ataduras que tu corazón desee poner a tus sentimientos... El amor nace como una atolondra, con sus alas extendidas en el aire dispuesto a posarse en aquel que lo desea y necesita sentir el pulso de la vida en toda su intensidad. Nada se termina ni acaba en el amor, pues el amor da significado a la vida; de tal modo, que al cabo no sabemos identificar como diferentes el amor de la vida; pues es claro, y los poetas lo cantan desde siglos: ¡Qué el amor nos da la vida, y la vida sólo tiene sentido en el amor!
El amor te abrasa, te quema, te incendia el alma como un fuego inextinguible que no acabara nunca... El amor no tiene límite, ni frontera, ni atadura que impida que se allegue a tu corazón y te haga sentir el deseo inexcusable de unirte al amado...
San Juan de la Cruz dejó escrito los versos más hermosos jamás columbrados acerca del Amado y la amada, que si es claro en su intención que van referidos al alma -la amada y Cristo -el Amado-; bien pudiera también referirse al amor deseante y deseado de la mujer, ser que en profundidad amas. Porque llegado al punto de amar de manera incondicional, no caben diferencias en el sentimiento amoroso, sea referido a Dios o a su criatura más perfecta, la mujer... Aquí dejamos los versos del franciscano descalzo:
En una noche obscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa.
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que el corazón ardía-
¡Oh noche que me guiaste.
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada con el Amado trastornada!
Quedéme y olvidéme
el rostro recline sobre el Amado
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
Son estrofas de un poema que te sumergen en las aguas infinitas del mar, más allá de años y leguas, como titulara Gabriel Miró a unos de sus libros. Versos donde los amantes se unen hasta desaparecer el tiempo y la distancia entre ellos, para conformar una sola unidad entre el cielo y la tierra. Palabras, que más que palabras, pongamos: sentimientos puros, excelsos, donde recala la poesía que en cada rima subyace el enigma de la creación que Dios dispuso un día, y aún no acaba ni tiene término.
Podemos apuntar: que ya no congenian dos pensamientos diferenciados; sino una sola voz interiorizada que se agranda a cada hora y habita imperecedera entre el sueño eterno de los enamorados. El amado y la amada que se funden en un solo ser, en una nueva entidad donde lo masculino y lo femenino se entrelazan al modo como las enredaderas rodean y besan al árbol que las sostienen. Diríase como dijo el franciscano: «cesó todo y déjéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado», que trasladado a este instante, podríamos apuntar que el amor fue capaz de romper la barrera de lo personal y del ego que nos diferencia en una dualidad, para transformarse en la primera persona del plural, donde el tú y el yo se han extinguido para renacer en un nosotros...
________
(*) San Juan de la Cruz, cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile Juan de San Matías(Fontiveros, Ávila, España, 24 de junio de 1542 – Úbeda, Jaén, 14 de diciembre de 1591), fue un religioso y poeta místico del renacimiento español. Fue reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con santa Teresa de Jesús.
Junto con santa Teresa de Jesús, se considera a san Juan de la Cruz la cumbre de la mística experimental cristiana.1 Poetas de extracción diversa como Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Paul Valéry y T. S. Eliot consideraron los poemas de Juan de la Cruz no solo como la cumbre de la mística española, sino de la poesía en esta lengua.2 Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua castellana.
Obra literaria:
La poesía de Juan de Yepes constituye el punto de encuentro de una larga tradición literaria. Su lírica integra tradiciones literarias de distinto origen que, aunadas por el escritor en sus textos, van adquiriendo significados y valores múltiples que sobrepasan aquellos que tenían en su origen.
La crítica, desde Dámaso Alonso, ha puesto de relieve la confluencia de tres influjos: por un lado, el bíblico del Cantar de los Cantares, y, por otro, la tradición de la poesía culta italianizante y la tradición de la poesía popular y de cancioneros del Renacimiento español. El influjo de la Biblia es fundamental en su poesía, en tanto actúa como molde y catalizador del resto de lecturas que conforman el bagaje cultural de San Juan. Particularmente, resulta trascendental en el Cántico espiritual, cuyo simbolismo e imágenes tienen su origen en el Cantar de los cantares. (Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro).