La Policía Nacional ha conseguido dar con un individuo al que se le relaciona con varios robos en viviendas. Al menos con uno practicado en la avenida de África y otro en el Sarchal. Puede que haya cometido más, pero estos son con los que, con total seguridad, se ha vinculado a quien la propia CNP considera un “especialista” de robos en casas.
Tenía varias prohibiciones de entrada en territorio nacional, dos de ellas en sentencia judicial, pero a pesar de ello estaba en Ceuta y además delinquiendo. A las acusaciones por estos delitos se le suma ahora un quebrantamiento de condena. Todo un rosario de acciones al margen de la ley que puede que no terminen aquí, ya que la Policía está averiguando si este sujeto ha podido cometer más robos en otras casas.
Actuaba casi siempre mediante el método del escalo, accediendo a viviendas de planta baja y aprovechando descuidos como por ejemplo que en donde había rejas en las ventanas estas no estuvieran cerradas. Se pudo llegar hasta él porque todo ladrón deja un rastro. Y este lo dejó en el cajero, haciendo uso de una tarjeta bancaria sustraída en una vivienda. Sacó 950 euros, así que en este caso además del robo se le va a acusar de otro de estafa.
Al detenerlo pudieron vincularlo con otro robo cometido en una casa del Sarchal, ya que portaba objetos de esa vivienda, que han sido ya devueltos a sus legítimos propietarios. La Policía tiene abierta la investigación por si afloran más casos en los que tenga algo que ver y el detenido ya ha sido puesto a disposición del juzgado.
Sin unas reglas no se puede convivir,esas reglas las arbitra la justicia y debe velar por el cumplimiento de las leyes como debe ser,de no ser así entramos un terreno en el cual cada uno/a hace lo que venga en gana ,porque aquí no pasa nada con el consiguiente caos
Hay que deportalos, porque si no lo haces eres un racista. Al talego y cumplimiento de toda la condena, y después deportación.
Esto se debe a las leyes o justicia tan blandita que tenemos, aceptan la expulsión en los juicios para después reincidir y así continúa sin que se tomen medidas que lo paren en sus fechorías, después se quejan ciertos politiquillos que aparezcan otros.