“Sarna con gusto no pica”. De esta forma Jesús Sánchez asume su hobby, su pasión, que es la Semana Santa. Lleva desde niño en este mundo, creciendo entre pasos e iglesias, y a día de hoy cuenta con el honor de ser el vestidor y florista de la Hermandad del Encuentro.
Fue su familia la que le inculcó este gusto por el mundo cofrade, esa inquietud por implicarse cada vez más en los preparativos, organización y disfrute de la Semana Santa. “Mi dedicación viene desde niño. En mi caso me lo inculcaron mis padres, el movimiento de las hermandades, y conforme iba pasando la juventud es algo que llevaba en mí y que iba avanzando”, relata desde sus recuerdos, confesando que cada vez le fue gustando más su trabajo en la hermandad, su día a día. “Es una cosa que va a más”.
Pero no fue llegar a la hermandad y ser nombrado vestidor, sino que Jesús fue escalando por a poco, primero entró como un hermano cualquiera, echando una mano en todo, porque como él mismo dice “toda mano voluntaria es buena”. Si embargo, su dedicación le llevó a ostentar en estos momentos uno de los cargos más representativos e importantes de la Semana Santa. Es el encargado de engalanar los dos pasos de su hermandad, tanto a la Sacratísima Virgen de la Esperanzo, como a Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Para llegar a tener la responsabilidad con la que hoy cuenta, comenzó a interesarse por esta labor desde muy pequeño. Ya desde los 12 años empezó a ayudar a su maestro, Miguel Ángel Villodres, aprendiendo de él para dominar todo lo que hay que saber en materia de vestimenta y flores. Ya, al cumplir 18 años, empezó a despegar con una importante encomienda: vestir a la Virgen de África. Un año después se convirtió en el vestidor del Encuentro, por lo que lleva cerca de 20 años realizando esta labor.
Aunque el trabajo con el equipo de camaristas siempre es el mismo, la hermandad va adquiriendo cada vez nuevas prendas, que Jesús va modificando en sus titulares según el calendario litúrgico. “A la hora de ataviar una imagen es lo mismo, prácticamente. Se cambia muchas veces la forma de vestir. Cada año la Virgen sale con ropa distinta, la saya, el manto nosotros sólo tenemos uno de salida y el Cristo, por ejemplo, este año porta una túnica bordada que es reciente. Cada año la hermandad va adquiriendo nuevos enseres y nueva ropa para las imágenes”, desvela Jesús.
Todas estas prendas y enseres suelen ser creadas exprofeso para los titulares, trabajos hechos a mano que son de gran valor y que también son responsabilidad de Jesús, que debe velar porque cada prenda se mantenga bajo buenos cuidados para que no se estropeen con el tiempo.
Un trabajo delicado, que este apasionado de la Semana Santa lleva con orgullo y con el respeto que merece tal encomienda. De él depende esta responsabilidad que pretende seguir llevando a cabo, año tras año, con humildad y dedicación absoluta.
Pero independientemente de su trabajo en sí y de cómo quedan las imágenes el día de la procesión, si hay algo que los cofrades saben bien, y que mucha gente desconoce, es que la Semana Santa no sólo son siete días, sino que el trabajo que hay detrás de cada paso conlleva una tarea de meses, que comienza justo el día después de la procesión, con miras a preparar a sus titulares para el año siguiente.
Por eso, estos días previos a la Semana de Pasión se convierten en una vorágine de tareas que hay que culminar, en el caso de Jesús, antes del Martes Santo, día en el que todo ese trabajo se luce en apenas unas horas.
“Hay mucho trabajo detrás que no se ve. Esta semana son los trabajos más intensos”, explica mientras detalla que ya lleva dos noches saliendo de madrugada con los preparativos de cada paso. Además, las hermandades de la parroquia de Nuestra Señora de África sólo pueden trabajar en ella cuando terminan los cultos, por lo que no es de extrañar que en estos días previos terminen a altas horas de la madrugada. “es un poco exprés para que todo esté más reluciente y la verdad que son muchas, muchas, horas”.
Sin embargo, Jesús confiesa que además de su devoción, la cofradía es un hobby para él, al igual que para otras personas es la música o el fútbol. “También me gusta, pero a mí, personalmente, en mi tiempo libre lo que más me gusta es venir a la cofradía, la relación con las personas, el ambiente, el conocernos...” Para él es parte fundamental de lo que se considera la hermandad.