De “diez” calificaba Acefep la implicación de la sociedad ceutí en su quinta gala benéfica celebrada este sábado y cuyo reflejo de participación se tradujo en un evento fuerte y afianzado entre el grueso social que contó con una muy positiva respuesta.
Más de un centenar de personas se dieron cita en la gran fiesta de la salud mental en la ciudad que supone un recordatorio para decirle a la sociedad ceutí que Acefep está para cuidar a la salud mental de todo el conjunto.
La gala supuso el colofón a todo el conjunto de actos que la asociación ha celebrado durante los últimos meses con motivo de su 25º aniversario. Un cierre a estas bodas de plata que se presentó con un doble objetivo: la recaudación de fondos para cofinanciar los programas que desarrolla entre sus usuarios, y otro de vital importancia: la sensibilización.
Factor esencial que marca la conciencia colectiva que rodea a la salud mental porque, como apuntaba su presidente, Basilio García, “es un problema que nos afecta a todos, no solo a las personas que presentan un diagnóstico”. Por ello, incidía en la importancia de la conciencia colectiva, en la que este tipo de eventos juega un importante papel, “ya que influye en la comprensión y en la creación de una comunicación entre realidades distintas. El valor terapéutico que tiene la comunicación y la comprensión es superior al de la propia medicación para alcanzar la recuperación absoluta”.
Pasito a pasito Acefep ha conseguido colarse entre la sociedad ceutí, su conciencia, su compresión y su corazón. La lucha terminará el día que Acefep ya no sea necesaria, expresaba García. El camino es largo, pero en este recorrido se puede celebrar que ya hay menos estigmas y más inclusión.
La música de la orquesta ‘Plenitud’ amenizó una velada que estuvo cargada de sorpresas y espectáculos. Se celebró una rifa solidaría que contó con cuatro decenas de afortunados, los cuales consiguieron optar a suculentos regalos. Además a lo largo de la misma los asistentes pudieron disfrutar de las actuaciones de Carlos Galet y de la escuela de danza moderna de Ana Founaud.
Fue más que una gala, más que un encuentro entre vecinos y ciudadanos, más que una fiesta y una celebración. La de este sábado fue una muestra más para normalizar la salud mental, un intento de hacerla inclusiva, de conseguir que tenga una imagen y una hueco en una ciudad que cada vez se implica más y que la está haciendo parte de la misma. Con esta quinta gala, y su reiterado éxito, los estigmas que rodean a la salud mental cada vez están más cerca de encontrar su hueco en el baúl de los recuerdos.