El Gobierno de la Nación ha lanzado una medida encaminada a la rehabilitación de las viviendas con más de 30 años de antigüedad, mediante la cual se subvenciona un diez por ciento del proyecto de reforma a acometer en los inmuebles que cumplan este requisito. Si la propuesta tiene buena acogida o no entre los ciudadanos, tan solo el tiempo lo dirá, pero quizá muchos puedan preguntarse por qué el Gobierno ofrece ahora esta alternativa como sistema para fomentar la creación de puestos de trabajo, cuando la otra cara de la moneda, más amarga para muchos, recorta salarios y congela pensiones. Pese a las buenas intenciones que este proyecto pueda tener, las vacas flacas están ahí y tal vez pocos ciudadanos o comunidades de vecinos se aventuren a meterse en obras... aunque la casa se les venga encima.