La jueza será la responsable de decidir qué medidas se adoptan respecto al joven a partir de ahora.
Una posibilidad es que si va a prisión se le someta al régimen de prevención de suicidios. Otra sería la aplicación del capítulo VII del Reglamente Penitenciario, donde habla del internamiento en un establecimiento o unidades psiquiátricas penitenciarias. En estas unidades ingresan los detenidos o presos con patologías psiquiátricas cuando la autoridad judicial decida su ingreso para observación durante un tiempo y la emisión de un informe. Los detenidos son seguidos por un equipo multidisciplinar, integrado por psiquiatras, psicólogos, médicos generales, enfermeros y trabajadores sociales. La peculiaridad del internamiento de los enajenados reclama una información periódica para el debido control judicial, por lo que su situación personal será revisada, al menos, cada seis meses. En lo que se refiere al régimen, las restricciones a la libertad personal del paciente deben limitarse a las que sean necesarias en función del estado de salud del interno o del éxito del tratamiento. Además, se le establecerá una programación de actividades rehabilitadoras, así como un programa individual. Las comunicaciones con el exterior se fijan en el marco del programa de cada uno de ellos, indicando el número de comunicaciones y salidas, la duración de las mismas, las personas con quienes los pacientes puedan comunicarse y las condiciones en que se celebren las mencionadas comunicaciones.
Lo más probable es que si va a la prisión de Los Rosales esté algún tiempo en régimen de prevención de suicidios y luego se le traslade a otro centro para que no esté siempre aislado, como requiere esta medida.