Prometía hablar desde el más absoluto y humilde respeto hacia el principal símbolo patrio, “porque la mayoría de los que están aquí tienen conocimientos mucho más amplios hacia nuestra bandera”, comenzaba la escritora y periodista Isabel San Sebastián, que se dirigía hacia un salón de actos, el del Ayuntamiento, prácticamente abarrotado, donde se debatían a partes iguales la expectación que causó la presencia de la mediática escritora y la temática que la trajo a versar hasta Ceuta: la Bandera nacional.
La rojigualda está de aniversario desde el pasado septiembre, cuando cumplió 175 años, y desde entonces las celebraciones se han sucedido. En esta ocasión, de mano de la asociación cultural ‘Fernando de Leyba’ contó el amadrinamiento de San Sebastián, que prácticamente se ha convertido en una asidua casi anual en Ceuta. Una ciudad de la que dijo, se siente “más a gusto” que en su propia tierra, el País Vasco, “porque Ceuta es el corazón de España. Ceuta es tierra amiga. Aquí se siente nuestra bandera de forma muy especial y, por ello, siento un gran orgullo de que mi participación en este acto sea en Ceuta”, manifestaba.
La escritora disertó sobre este símbolo nacional centenario no sin antes recordar el repudio social que ha sufrido durante las últimas décadas, y a la vez satisfacerse por el apetito y revulsión social que se está despertando por recuperar su categoría y estatus. “Algo está sucediendo. Los españoles quieren reconciliarse con su pasado y recuperar el orgullo patrio por su historia y ello puede percibirse en los balcones, las plazas o las librerías”.
A la vez recordaba que un insulto a la bandera “es violentar y faltar el respeto a todos los españoles”. Unas palabras que no le dirigía únicamente a su audiencia. “Sé que ustedes son conscientes de ello, pero estaría muy bien que los tomaran en consideración aquellos que no lo son tanto”.
Un sector, como la izquierda “y los separatistas”, a los que se refirió con dureza y acusó de tergiversar la historia y los símbolos nacionales con fines interesados. “Es perceptible en la educación, en todos sus ámbitos, donde nuestra historia, una de las más ricas del mundo, aparece sesgada y tergiversada en los libros de texto”.
San Sebastián acarició la bandera. La abordó desde la más absoluta delicadeza, pasión y sentimiento, “porque no es un mero paño, es la historia de España, es el reflejo de todos aquellos que han luchado y se han dejado la vida por nuestra nación”.