Hace un siglo la zona conocida como bloques de Los Rosales lucía frondosos huertos que se sucedían a lo largo de una extensa colina. Un paisaje que comenzó a cambiar su fisionomía a lo largo de los años 70, época de gran auge en la construcción de los diferentes barrios de la ciudad, y pronto todo quedó sepultado bajo cemento. Sobre ellos se erigieron, siguiendo la orografía de la zona, decenas de bloques de edificios que dieron cobijo a cientos de vecinos procedentes de diferentes zonas de la ciudad.
Familias sencillas y humildes. La mayoría jóvenes, recién casadas o con niños pequeños que iniciaron su vida, una nueva vida en este nuevo barrio. Corría el año 1977, cuando esta prolongación de las fases construidas en el Tarajal, iniciaba su andadura.
Estas jóvenes familias pronto estrecharon lazos y forjaron una unión que ha traspasado generaciones y, aún hoy, a pesar del éxodo que ha experimentado la zona, todavía mantienen. La tranquilidad es el ambiente que siempre ha caracterizado a Los Rosales, asegura Juan Ramos, uno de esos vecinos pioneros que, asegura, “no dejaré el barrio”. Tranquilidad antes y también ahora. “Siempre lo ha sido, quitando algún garbancillo negro, como ocurre en todos los barrios, aquí vivimos muy bien”. Esa tranquilidad es perceptible en sus calles, en su ambiente, inundado por una balsa de paz tan solo interrumpida por el ruido de las diferentes obras y reformas que se están acometiendo. Juan saluda a su paso a todo aquel con el que se cruza, dejando evidencia de este casi medio siglo que lleva afincado en la zona. Cordialidad y apego desprende ese ambiente vecinal que se caracteriza por su vitalidad e intensa actividad a lo largo de todo el año. Desde reuniones en el local de la asociación de vecinos a continuas excursiones los fines de semana.
Durante una época este sosegado barrio concentraba una vigorosa afluencia de vecinos procedentes de toda la ciudad. Fueron los años en los que Los Rosales se adelantaron a las redes sociales, y en una pequeña sede, esta barriada establecía conexiones con todos los países del globo. Fue la época del ‘Radio Club’ que bajo el nombre de ‘Asociación Radio Usuarios Ceutíes’, en cifras de radioaficionados ‘Alfa Romeo Charli (ARC)’, albergaba más de cien aficionados que abrían las puertas de Ceuta al resto del mundo.
Juan Ramos: “Hemos entablado contacto con países como Australia o Japón”
Juan Ramos vive en Los Rosales desde hace 45 años, la misma edad que tiene el barrio. Él llego recién casado y con una gran pasión que pronto importó a la barriada: la radioafición. Con su grupo de amigos se reunían en el Puerto, “le decíamos el farolillo rojo”, hasta que les cedieron un local en el barrio que llegó a albergar a más de cien aficionados, que bautizaron con el nombre de ‘Asociación Radio Usuarios Ceutíes’ (En cifras de radioaficionados ‘Alfa Romeo Charli’) y trabajaba con una frecuencia ya desaparecida, los 27 megaciclos. El objetivo de la radioafición se centra en contactar con otra estación “y cuanto más lejos mejor”. Cada contacto era una carta a recibir, llamada QSL, como medio para justificar que se había contactado con esa persona. “Hemos entablado contacto con países como Australia o Japón”, recuerda. Juan rememora las “fantásticas experiencias” que se cocieron en este rincón de Los Rosales, algunas, en términos de radio afición, ya desaparecidas, “como las cacerías de zorro, que era una actividad muy bonita”.
Un coqueto huerto que florece en una zona marcada por el abandono
En la zona de “arriba” de Los Rosales, como lo llaman los vecinos, junto a la Avenida Claudio Vázquez todos los ojos de los viandantes se depositan en un pequeño y coqueto huerto. Postrado ante él, el vecino que rescató la zona del abandono, Laarbi Mohamed, que presume de la variedad de verduras y frutas que cosecha a lo largo del año. Eso sí, no lo comparte con todo el vecindario. “Solo si me cae bien”, dice entre carcajadas.
Club de Petanca Los Rosales: un grupo de vecinos que ha alcanzado la cima nacional
Un lugar del barrio que no ha perdido en treinta años el tránsito y la actividad es el Club de Petanca Los Rosales. Un club deportivo que nació en 1989 sin mayor pretensión que reunir a un grupo de vecinos para disfrutar de un tiempo de distensión y diversión. “Nos reunió un señor, Miguel Illescas, que era presidente del Club de Petanca ‘Bolas de Plata’. Nos preguntó si nos interesaba jugar y nosotros accedimos”, explica Enrique Muro, vicepresidente del club. Pero pronto esas reuniones informales adquirieron un carácter más formal que lo han llevado a convertirse en el segundo club más antiguo de Ceuta y uno de los más laureados. “Es raro el año en el que no se ha ido a un campeonato de España, donde siempre hemos conseguido uno de los primeros puestos y, ahí estamos, dando el callo”, apostilla Muro.
En la actualidad cuenta con unos 30 socios y su calendario deportivo contempla cuatro campeonatos anuales: ‘Las doce horas’, ‘La Melé de Los Rosales’, ‘El Pollo’ “que es el campeonato navideño más tradicional”, y un cuarto que se establece a lo largo del año.
Aunque en la actualidad hay cinco clubes en Ceuta, solo tres de ellos se encuentran federados: el ‘José Zurrón’, ‘Los Rosales’ y la Unión Deportiva Norte de África.
La “famosa” tienda de Carmen: la parada de taxis
Los Rosales nunca ha dispuesto de una parada de taxis, pero pronto los vecinos establecieron un punto de recogida que traspasó el propio barrio y se hizo bien conocida en todo el sector de este medio de transporte. En la zona “alta” del barrio, donde existía una gran concentración de tiendas y comercios, una de ellas se posicionó como esa parada de taxis ‘alternativa’, era la “famosa” tienda de Carmen. “Cada vez que pedíamos un taxi lo solicitábamos aquí. Era un punto de encuentro, tanto dentro de la tienda como fuera”, comentan.
Una intensa actividad vecinal
La barriada no se caracteriza por su inactividad. Todo lo contrario, ya que durante los doce meses del año, sus actividades son prácticamente continuas. Enero, con la visita de los Reyes Magos para los más pequeños, da paso al mes de febrero con el carnaval y el memorial Jesús Ayala para dúos y tríos. El tradicional festival de ‘La Rosaleda’, que se celebra el 20 de febrero y pone fin al mes del Dios Momo con la participación de las agrupaciones carnavalescas. Recorridos de senderismo, campeonatos de fútbol o concursos de Play Station para los más jóvenes son otras de las actividades que se organizan a lo largo del año.
gente humilde pero todos cristianos.ahora bien, si me hubiesen consultado , y sin cobrar nada, les habría dado los nombres de los que dieron un pelotazo con la adjudicacion de las viviendas.Perooo, pelotazos de los buenos.
La “famosa” tienda de Carmen MIS COJONES 33 aora sera la famosa tienda del Vecino por cierto a unido la tienda con la vivienda una cosa ilegal
Yo tambien fui vecino y antes amigo de Juan Antonio Ramos Serrano, comenzamos nuestra amistad hace muchisimos años antes en el Morro. También cultive un pequeño jardín en Mi barriada Los Rosales.
Yo fui vecino de Juan A. Ramos hasta 1987,que me fui a trabajar a Jerez. Doy fe de su dedicacion e interes a su aficion.