Ceuta siempre ha sido una buena cuna de intérpretes, sobre todo de rockeros. En esa tradición, sumido en el apogeo e impulso que reverberaba por todo el territorio nacional, nace Tharna allá por 1985. Un proyecto especial, por la seriedad de su planeamiento, que marcó el panorama de la música local. Ellos soñaron e hicieron soñar. Fueron cinco años en los que su encanto, ilusión y ganas de conquistar a esos auditorios y plazas llenas, los ha catalogado como el grupo caballa con más repercusión nacional.
El sueño y las metas de estos cinco jóvenes pronto se vieron truncadas por esos sobrevalorados ochenta en los que una serie de desdichas frustraron un futuro prodigioso y esperanzador, y que tuvo su momento álgido con ese viaje a Madrid para recoger una “discografía secuestrada”. Lo que iba a ser el impulso a su carrera se convirtió, precisamente, en el peor de sus enemigos y terminó cavando su tumba. “Ese es, entre todos, el capítulo más amargo”, expresa, tres décadas más tarde y con cierta pena en la voz, el vocalista del grupo, Alberto Mateos, que acaba de publicar un libro a lo largo del que recorre la historia del grupo. “Desde mi subjetividad, pero también relatando los hechos tal cual se sucedieron”.
Tharna desapareció tan rápida, efímera y bruscamente que no se terció ni una despedida, ni un adiós, pese a los esfuerzos posteriores de cerrar ese capítulo, que dejó una espina entre todos sus miembros, un sueño perdido, tal y como se titula la publicación de Mateos.
‘Los sueños perdidos’ es la aventura en la que Alberto Mateos, Iñaki León, Gabriel León, José Antonio Fajardo y Tato Díaz se adentraron para hacer de Tharna un grupo nacional. Sin embargo, más allá de remover esa herida, de volver a cantar sus canciones y trasladarse a la particular movida ceutí, Mateos abre por primera vez la caja de Pandora: “La de nuestros secretos, los que nadie conoce, lo que se cocía detrás del escenario”.
Anécdotas que harán brotar las carcajadas. “Como cuando nos trasladamos a Tánger para negociar con el director del Hotel ‘Malabata’ y todo lo que se desencadenó después; o la ocasión en la que la policía interrumpió en uno de nuestros ensayos y nos apuntó con pistolas porque creían que estábamos robando”. Curiosidades “con las que se podrán explicar muchas cosas del grupo” o ese sobreesfuerzo que les hizo crecer en tan poco tiempo “y que pocos se imaginan”. Todo ello resumido en dieciocho capítulos al que se le suma uno adicional, el personal y más íntimo, en el que Mateos se abre, se confiesa y habla sin tapujos. Un capítulo en el que, como no podía ser de otra forma, hace un guiño a uno de los maestros de la música, Sabina, a través del título de una de sus canciones ‘Yo mí me conmigo’.
El libro se divide en tres bloques y a esos capítulos le suceden una recopilación de fotografías y de las letras de sus canciones que, además, acompaña de un CD, el cual incluye el LP ‘La Invasión’, el single y la maqueta, además de cuatro versiones que grabaron Iñaki y Alberto en colaboración con Chico Palenzuela y Manolo Lázaro en el estudio Tritón. El libro puede adquirirse en ‘Miranda Bebé’, ‘Zyriab’, ‘El Lusitano’ y ‘Frikiviki’.