Cerca de una semana, con reuniones diarias, han tardado la Dirección Territorial del Ingesa y los sindicatos en negociar la Bolsa de Trabajo que debe abrirse este mes de febrero. Después de meses de paralización, finalmente ambas partes han llegado a una propuesta que ahora viajará a Madrid para que sea la Dirección General del Ingesa quien haga un ‘refrito’ con la propuesta emergida de Ceuta, en Melilla y también en el Centro de Dosimetría de Valencia. Un trabajo que se ha llevado de manera individual, pero que finalmente se debe acoplar a los tres puntos que conforman el territorio Ingesa.
Aunque los sindicatos comenzaron esta negociación algo escépticos, teniendo en cuenta la demora y que el Plan de Ordenación de Recursos Humanos (PORH) -el cual fue rechazado en su día por todos los agentes sociales- restringía a lo mínimo la capacidad de negociar, se ha llegado a una propuesta en común, aunque con varios temas en el tintero que las centrales no están dispuestas a tolerar.
Uno de lo conflictos que han surgido es la valoración del método de la entrevista personal para la contratación del personal facultativo. “Es un método subjetivo de contratación”, recrimina Ángel Lara, secretario del sector salud de Comisiones Obreras. Este sindicato cataloga esta prueba como un “aspecto preocupante” que no se ha terminado de pulir en las negociaciones de esta semana pasada y que no están dispuestos a tolerar.
Para Lara y su equipo, el valor de la entrevista de trabajo no debería superar el 20% de la ponderación a la hora de contratar a un facultativo. Sin embargo, la propuesta entregada por el Ingesa valora este método con un 50%, considerando que las contrataciones van a caer en una “arbitrariedad absoluta” que no van a permitir, advierte. Cree que un valoración tan subjetiva no puede tener tanta puntuación y que prevalezca sobre otros aspectos como la formación o la experiencia profesional. “Si la bolsa es una herramienta de contratación, no puede recaer todo el peso en una entrevista”, insisten desde CCOO.
Otro de los “aspectos preocupantes” que sigue sin convencer a las centrales es la denominada como la bolsa de especial trascendencia. Desde su punto de vista esta categoría debería desaparecer o reducirse al máximo, ya que aseguran que ya están contempladas las especialidades en diferentes categorías, por lo que esta excepcionalidad no tiene cabida en una bolsa de trabajo.
Lara aprovecha este aspecto para retomar la función que la Administración tiene sobre la formación de los profesionales médicos. “La Administración tiene que ser la que ofrezca la formación específica para optar a un empleo público”, recuerda, ya que de esta forma, en el caso de estas especialidades, habrá un abanico mayor de profesionales que, a su vez, han tenido la oportunidad de formarse en igualdad de condiciones.
Cree que esta formación para acceder al empleo público debe venir por parte del Ingesa y no de otros organismos autónomos. “La gente tiene que tener un libre acceso”. Esta situación es frecuente en categorías de Administración o Enfermería, donde en ocasiones se buscan perfiles específicos.
CCOO lamenta la poca “flexibilidad” que ha ofrecido el PORH para negociar, por ejemplo, los baremos que se van a utilizar para la creación de la Bolsa de Trabajo, muy similares a los que ya se están aplicando.