Una ceutí presentó denuncia en la Policía Nacional porque, aunque no había perdido la posesión continuada de su tarjeta bancaria, personas desconocidas habían atendido compras con la misma.
Estos usos originaron cargos fraudulentos en la cuenta vinculada por cantidad superior a los 2.000 euros. La investigación permitió determinar la identidad de los asiáticos, D.L. Y F.L., de Madrid y Barcelona respectivamente. El primero poseía 12 tarjetas falsificadas, entre ellas la ceutí.