“Cada vez que ves una revista especializada en pesca, Ceuta sale como uno de los diez mejores lugares del mundo para practicar jigging”, explica Álex Abril.
Es uno de los cuatro catalanes que este fin de semana han disfrutado de esta modalidad de captura de animales en altamar. “Queríamos venir desde hace tiempo, y aprovechamos esta promoción para venir a Ceuta invitados por la Estación Náutica”, añade. A él le han acompañado Mario González, Albert Calvode, y David Rojas. “Es que si no, tienes que irte a las Canarias o a Senegal, por ejemplo”, añade Abril.
En concreto, se trata de un viaje organizado conjuntamente por Fortur y Charter Ceuta. “Es una modalidad que se extiende como la pólvora”, asegura Gerardo Valero, propietario de Charter Ceuta y también un apasionado del jigging. “Antes se practicaba la pesca con chimo, pero era algo más rudimentario”, apostilla.
El origen de esta técnica que se ha introducido como afición se encuentra en japón. Está destinada a gente con un poder adquisitivo a partir de medio-alto: un equipo básico cuesta 2.500 euros, y un día en altamar sale por unos 150; además, hay que agenciarse de algún modo una embarcación, bien sea en propiedad o en alquiler, y pagar la licencia de pesca deportiva. “Pero un día solo, en el mar, desconectando y sin obligaciones ni responsabilidades, incluso si no pescas nada, no tiene precio”, dice Valero.
Los cuatro catalanes asienten. Aseguran que el trato ha sido “personal”, y que al menos una vez al año piensan volver. Y es que el resultado del fin de semana ha sido más que satisfactorio: han realizado varias capturas, todas de buen tamaño. “Y queremos que siempre haya peces grandes, por lo que devolvemos los pequeños. Coger un mero de un kilo de peso, por ejemplo, sería un crimen. Nos gusta la lucha, estás tú y el pez, solos”.