Vivas utilizó ayer el ritmo del Debate del Estado de la Ciudad como mejor le convino. Paró cuando deseó. Aceleró en el instante adecuado y regó con nuevas medidas, avalada por una trayectoria de nueve años al frente de los destinos del Gobierno ceutí. En esta ocasión prefirió no utilizar las cifras, ni siquiera una exhaustiva relación de los proyectos que han acometido a lo largo de la presente legislatura. Demostró, una vez más, las razones por las cuales los ceutíes le han dado un cheque en blanco que ha devuelto con acciones en dos ocasiones. Una mayoría de dicienueve diputados como nunca había ocurrido con anterioridad en la historia de Ceuta. Esa diferencia de escaños, que no olvidemos es también de apoyo popular, se mostró también en el ánimo y en el desánimo de los intervinientes. Mientras Vivas se sabe con fuerza para continuar una legislatura más y puso encima de la mesa importantes proyectos para la mejora del tejido productivo ceutí, en la oposición se vió buena voluntad y poco más. Parte para seguir en la oposición durante unos años más.