Dos años han tardado los barcos rusos en volver al puerto de Ceuta para descanso de su personal, pero en esta ocasión con una novedad primordial como ha sido que los principales responsables de estas embarcaciones acudieron a visitar al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas.
Bienvenidos nuevamente. Unos viajes que quedaron asentados en los tiempos del anterior presidente José Torrado, quien se volcó de manera personal en atender siempre a los mandos, consiguiendo con ello unas relaciones personales que sirvieron para fidelizar el puerto de Ceuta.
Ahora han regresado, gracias a las gestiones del actual presidente, y confiemos en que sea posible su mantenimiento, después de aquel malentendido entre España y Rusia en el apogeo de la guerra de Siria que ha motivado este paréntesis de dos años. Son fórmulas que terminan repercutiendo en la propia economía de la ciudad, ya que sus tripulantes no solamente pasean, sino que también compran en los establecimientos y consumen en los bares y restaurantes.
La estampa de las distintas tripulaciones en Ceuta se había convertido en un paisaje de intercambio. Ahora se ha vuelto a recuperar y confiemos en que las atenciones continúen siendo las mismas que ya encontraron en aquella primera etapa y que levantaron los celos de más de uno. Hay que dar la bienvenida nuevamente a los barcos de la Marina rusa a nuestra ciudad y confiar en que se mantenga.