Hoy me falta medio cuerpo, mi mellizo ha muerto. Os voy a contar el calvario que hemos pasado. Me siento impotente y rabioso porque hemos llamado a muchas puertas y casi todas se cerraron. La única que estaba abierta siempre se llama esperanza.
Mi hermano tenía una enfermedad, la que sufren aquellas personas a las que llaman ‘los invisibles’, porque nadie la ve, solo los familiares y amigos, que no reciben ayuda. Tengo que decir que intentamos hacer todo por él para que estuviera en un sitio recogido, pero los especialistas decían: “Nada, su hermano está bien, es independiente”.
¿Y ahora qué? El sistema falla o es muy lento. ¿Quién me devuelve a mi hermano?, ¿quién es el responsable de lo que ha sucedido?, ¿las autoridades, los médicos, la lenta burocracia o el sistema en general? ¡Por favor, escuchen a los familiares de estos ‘invisibles’ para que cosas así no se vuelvan a repetir!
No son invisibles, ni son números, son personas y nadie está libre de que le pueda pasar. Es una enfermedad que no entiende de nivel social, le puede suceder a cualquiera. Allá, ahora, la conciencia de cada uno.