Corrían las dos y cuarto de la tarde, y el redoble de tambores de la Agrupación de Polillas de Cádiz sonaba por la plaza de África. Al frente, su pendón bordado.
Detrás, ochenta músicos con sus chaquetas rojigualdas y sus tricornios de gala dejaban sonar las notas de una banda que lleva dos semanas sin parar. Estos músicos que literalmente “se rifan” en la Semana Santa sevillana, según explicaba Alfonso Vega, presidente de los Polillas de Ceuta. Así pues, no era de extrañar que todos los asistentes estallaran en aplausos en cuanto vieron aparecer a los gaditanos.
Aunque compartan nombre con la asociación que celebraba estos días su asamblea, la banda que ayer ofreció un emotivo concierto en las escalinatas de la Santa Iglesia Catedral son una asociación aparte. “Nacieron en 1989 por la delegación de los Polillas de Cádiz, y los músicos éramos todos hijos de guardias”, aclaraba Ignacio López Juliá, ahora guardia civil pero en aquella época uno de los fundadores de la banda de música.
Así, aunque con algo de retraso, los músicos comenzaron un verdadero recital en el que sus instrumentos dorados sonaban como la plata. La banda, que ha publicado ya cinco álbumes, deleitó al respetable con un espectáculo que bien compensó la demora causada por el temporal de Levante que ayer daba sus últimos coletazos. De las piezas que interpretaron, destacó ‘Expirando en tu victoria’, una marcha propia de la banda compuesta por Abel Rodríguez y Marcos Navarro, dos de sus fundadores.
Completaron la primera parte de su recital con ‘Señora de Sevilla’, ‘Saeta’ de Joan Manuel Serrat, y ‘Resucitó’. Después, la agrupación de los Polillas de Ceuta quiso agradecer a la banda de música el hecho de que hayan hecho “el favor” de encontrar un hueco en su apretada agenda después de la resaca de Semana Santa, cuando su caché es de los mayores de su región.
Antes de ello, el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza, ofició una eucaristía en la iglesia de Santa María de África, donde tuvo un recuerdo para la patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar, y resaltó “la constancia, valentía, y gran sacrificio” que los guardias civiles prestan a “la divina patria España”. Palabras que pronunció ante un auditorio lleno y a rebosar de polillas que vivían los últimos momentos de una asamblea cuyo balance, según aseguró Alfonso Vega, “ha sido muy positivo”. “Hemos mostrado Ceuta, y se han encontrado algo que no esperaban y les ha sorprendido gratamente”, añadió. Como única nota negativa, las condiciones climáticas que no han podido acompañar todo lo que hubiera sido deseable, aunque la lluvia haya respetado la Asamblea de los Polillas.