El olor que emanan las algas marinas acumuladas en Benzú indigna desde hace tiempo a los vecinos, pero ahora también irrita los a los deportistas y los visitantes porque el hedor al entrar en la barriada es insoportable y el estado de la playa, lamentable.
“Huele muy mal. Recién sacado huele a mar, pero en cuanto pasa dos o tres días, empieza a oler mal “, como lo ha descrito uno de los afectados.
Aunque los propios vecinos son conscientes de que las tareas de retirada se desarrollan de forma periódica, esa limpieza resulta insuficiente porque este incómodo visitante se amontona sepultando la arena.
“Llevamos así dos años, el pasado y este, y no se puede vivir. Yo tengo un nieto que se asfixia con el olor, no se puede dormir en la casa, hay muchas moscas. Vienen con los camiones y se llevan la tierra. Deberían de pasar un rastrillo primero, quitar la hierba y cogerla con la máquina, no llevarse la tierra y la hierba. Benzú está metido en el mapa de España así que se muevan los que están sentados en la mesa mandando”, ha manifestado una de las vecinas.
Las viviendas que se encuentran a escasos metros de la playa son las que más sufren la invasión de las algas y la plaga de moscas que la acompañan tras un tiempo estancadas
“Las montañas de algas están muy cerca de las casas. Echamos insecticida, las moscas se mueren y, otra vez, se abren las ventanas y vuelven a entrar. No sé de dónde vienen porque yo recuerdo, de pequeña, que la de Benzú era la mejor playa: su agua fría, agua súper limpia… Y ahora el peor agua y mucha suciedad”, ha recordado otras de las vecinas.
Es tal la cantidad de algas no solo varadas en la orilla, sino que flotan en el mar, que el agua parece viscosa e hizo imposible el baño el verano pasado. Ya ni se puede pescar en Benzú, donde es difícil echar el anzuelo sin toparse con el alga invasora del que los ecologistas vienen advirtiendo desde hace años.
Por su parte, la Ciudad Autónoma ha informado que Tragsa prosigue con sus labores de retirada de algas con normalidad aunque, ha precisado, este miércoles ha actuado en otra playa ya que tanto la bahía sur como la norte se ven afectadas por el alga invasora. El gestor de Servicios del área de Medio Ambiente ha indicado que, por ejemplo, el montículo situado en Calamocarro está preparado para su traslado a la parcela de almacenamiento y secado.
En días de entrada de grandes arribazones, el Gobierno calcula que extrae más de 140 toneladas en 10 o 12 camiones de 15 metros cúbicos de capacidad cada uno.
La Ciudad ha expresado su compromiso con los vecinos porque entiende su malestar por las consecuencias derivadas de la acumulación de algas y ha recordado que la administración autonómica está dedicando muchos esfuerzos a contrarrestar esta invasión.