Entre cánticos y mantras han rememorado hoy el nacimiento del dios Ganesh, cabeza de elefante, quien con su presencia bendijo al pueblo ceutí con sabiduría, prosperidad y buena fortuna. Fueron las primeras ofrendas que se han realizado y con las que se abrían dos días de fiesta para la comunidad hindú.
Uno de los festivales más importantes, como apuntaba el presidente de la misma, Ramesh Chandiramani, con el que se conmemora el nacimiento del dios, motivo que en la India se considera como uno de los eventos más alegres e importantes del año.
En el domicilio de Chandiramani se comenzaba a fraguar desde primera hora de la mañana el espíritu que envuelve estos días a la comunidad.
Las puertas de su casa permanecían abiertas a todos aquellos miembros que se congregaban para mostrar sus respetos a la deidad, que había permanecido allí desde hace unos cuatro meses. Los presentes se arrancaron en cantos, bailes y muchos, muchos ¡vivas!, con los que el dios abandonó la casa y emprendió camino rodeado de un gran séquito hacia el templo.
Una vez dentro, y visible para todos (hasta el momento había permanecido cubierto con una tela), un Ganesh “muy juvenil” sentado sobre un coche y cargado de color se dispuso en un lugar preferente donde permanecerá venerado y protegido hasta mañana por la tarde.
Aunque a la deidad de Ganesh se la conoce por muchos atributos, tal vez sea su cabeza la parte más valorada al ser frecuentemente adorado como el ‘Removedor de Obstáculos’.
Por ello, a su llegada al templo se generó toda una ceremonia ritual para adornar su cabeza. Y con Ganesh engalanado las instalaciones acogieron a autoridades, representantes del resto de comunidades y un gran pueblo de Ceuta que se volcó tanto con la comunidad como con una festividad que ha pasado a ser de toda la ciudadanía.
Sin duda, los hindúes caballas destacan cada año por aunar la marcada interculturalidad que define a la ciudad en un ambiente de paz y amor al prójimo. Ceuta les une por encima de sus creencias y, por ello, el carácter y las referencias locales tiñeron una fiesta que quedó marcada por la unión entre Ganesh y la Patrona.
“Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”, comentaban algunos de los presentes en referencia al Simpecado de la Virgen de África que se encontraba junto al altar de la deidad y el emotivo Padre Nuestro que le cantó Ana Mesa, de la Asociación de Vecinos del Centro.
La festividad concluirá mañana
La polémica generada el pasado año por el obispo Rafael Zornoza y, nuevamente, hace unas semanas a través del escrito que remitió a la comunidad, no ha quedado en agua de borrajas ni para sus miembros ni para la ciudadanía en general, que mostró su apoyo y respeto hacia una festividad que se remonta a más de una década. A ello se refirió Premi Mirchandani durante su intervención en el templo.
“Con el incidente del pasado año pudimos ver que tenemos todo el apoyo del pueblo de Ceuta”, comentaba. Tampoco Chandiramani lo obvió y con un “¡viva Ganesh y viva la Virgen de África!” finalizó su discurso.
Otro de los hechos que marcó esta primera jornada de fiestas fue la cesión del testigo en la organización del acto por parte de la familia Mirchandani a la comunidad, que ya ha tomado partido en la misma durante este año. Ellos plantaron una semilla, destacaba Chandiramani, “de la que hoy recogemos sus frutos”.
Han pasado 14 años, y ya asentada entre todos los caballas, la festividad de Ganesh cambia de manos. “En la vida todo son ciclos y el nuestro ha terminado. Ramesh hoy, junto con Sharu, te cedemos el testigo sabiendo que Ganesh va a ir in crescendo”, expresaba.
El programa de actos y rituales continuará hasta que mañana por la tarde Ganesh abandone el templo y parta en procesión por toda la ciudad en dirección al Muelle de España donde se sumergirá para renacer entre las aguas.