La investigación sigue abierta para esclarecer lo sucedido en Marruecos. Mientras avanza la investigación para esclarecer las condiciones que motivaron el fallecimiento de la porteadora Hakima el pasado mes de febrero en el puesto de Bab Sebta (Marruecos), ya se han adoptado las primeras decisiones con significado. Así se ha ordenado el cambio de puesto de dos de los aduaneros que fueron acusados por los familiares de Hakima de haberle golpeado de manera tan brutal que le provocarían la muerte, una semana después de la paliza, en un hospital de Tetuán.
Esta es la primera de las decisiones adoptadas sin que haya habido sanción de por medio pero sí cambios en la vigilancia ejercida por los aduaneros en el paso fronterizo marroquí que conecta con el Biutz y por el que deben pasar todos los porteadores y porteadoras que desarrollan su vida laboral en las naves del Tarajal.
La Fiscalía general del Rey continúa indagando lo sucedido después de que buena parte de la población marroquí residente en el barrio de la Condesa (Castillejos) o dedicada al tráfico de mercancía mostrara su rabia portando el ataúd de Hakima hasta la frontera para exigir una aclaración de los hechos.
Dicha manifestación ha sentado muy mal en la casa real marroquí que habría exigido una clarificación de lo ocurrido. La familia de Hakima, con cuatro hijos a su cargo, reclama justicia.