El Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta (COPCE) imparte este fin de semana las jornadas ‘Migraciones, género y trata de seres humanos’ que corre a cargo de Almudena Vaquero Martín, psicóloga de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). El objetivo es mejorar la formación en materia de migración, interculturalidad y gestión de habilidades de aquellos profesionales que desarrollan su profesión en contacto directo con personas migradas y contribuye a crear actitudes no discriminatoria y más comprensivas de la inmigración femenina en general, la prostitución y una posición más crítica con la trata de seres humanos.
Algunas asociaciones e instituciones ya trabajan con estas mujeres en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta (CETI), pero también al otro lado de la valla, en Marruecos, donde se desplazan a ciudades como Tánger. Lola Escalante, decana del órgano colegial, señaló que, en casos como los anteriores, la intervención psicólogica con víctimas de trata “evidentemente tiene que tener una perspectiva de género porque son los hombres los que perpetúan este daño, este delito, aunque puede haber también alguna mujer, con la peculiaridad de que con estas personas también hay que trabajar el duelo migratorio”.
Esta elaboración de la pérdida tiene, aparte de esa raíz común de cualquier otro duelo, una serie de singularidades que Escalante detalló. “No es solo una pérdida, sino que son muchas acumuladas: te vas de tu país, dejas a tu familia, abandonas tu trabajo, tu cultura y tus costumbres”, introdujo la psicóloga.
El duelo migratorio consta de varias etapas, “desde que preparan el viaje para salir de su país, ya sea a favor o en contra de tus familiares porque muchas veces tienen que pelear con ellos, el recorrido, el viaje que también es duro y luego llegan al país donde se supone que va a estar el paraíso pero todo el proyecto que se han hecho no cuadra”. Otro tipo de duelo porque, como resaltó la presidenta del Colegio, los duelos no son solo de cosas materiales, sino también de ilusiones en las que se invierten esfuerzos.
Estos sufrimientos se ven acrecentados por los abusos, la prostitución, la trata y una serie de añadidos que además las mujeres tampoco saben. En este punto, Escalante diferenció entre el tráfico y la trata: ellas piensan que pagan para venir a Europa y estar mejor, pero por el camino se encuentran que nunca dejan de pagar. “Por el camino, cuando llegan aquí, es cuando se convierte en trata porque nunca saldan la deuda, es difícil, es imposible que salgan de ahí”, reflexionó la psicóloga.
Este colectivo sufrirá depresión, ansiedad, probablemente crisis de pánico... Estas serían las dolencias más comunes porque, además, “cada persona tiene un bagaje, una historia a sus espaldas. Si tiene heridas, y se va rozando con ellas en el camino, le dolerá más que si no tiene ninguna”, puso como ejemplo. En función de la experiencia, del duelo elaborado o no, de la infancia o del cuidado recibido por parte de los adultos, una persona puede desarrollar incluso una psicosis.
Un factor importante se da en las embarazadas y la psicología perinatal. “Como ya de por sí es un contexto insano, solo hay que imaginarse en esas circunstancias en las que están en peligro su propia vida y la de su bebé”, reflexionó Escalante. Una temática bastante dura para la que se ha de estar bien preparado aunque, como aclaró, las técnicas son prácticamente las mismas dependiendo de la orientación de cada profesional de la Psicología. En cualquier caso, agregó, “sí hay que poner una mirada específica en este tipo de colectivo”.
En concreto, como Colegio de Ceuta, no reciben casos de trata, pero profesionales colegiados alguno hay trabajando en el CETI o en Cruz Blanca, donde también tienen algún programa, pero la institución que representa no tiene ningún contrato ni convenio sobre este ámbito. “Nosotros queremos dar esta formación para adiestrar a nuestros profesionales”, resaltó. Unos conocimientos que son necesarios porque el perfil de trata se está dando y “se habla de mujeres pero también de menores”.