El PP es una caja de bombas. Los intereses hacen mover ficha a quienes aspiran a asumir un liderato que lleva años encarnado en una sola persona. Una persona que, además, no deja claro cuál va a ser su porvenir inmediato más allá de confesiones íntimas cambiantes en un patio que anda revolucionado en Ainara. En los últimos días el presidente Vivas ha recibido la visita de quienes se autonombran salvadores del partido, aquellos que le han trasladado que su tiempo se ha agotado y que tiene que dejar paso a los demás.
La clave no está en si la figura omnipresente del alcalde ha llegado a su plazo máximo, a la última casilla del tablero, sino en qué condiciones se encuentra un partido en el que las tensiones son evidentes y cuya actividad lleva años muerta.
Los resultados, sangrantes para muchos, los iremos conociendo. Lo que hay que tener es memoria
La reciente elección del relevo de Rajoy supuso la escenificación de esa lucha manifiesta de poderes. Los hay quienes después de jugar a todas ya no temen posicionarse, olvidándose por completo del puesto en el que ahora pelean y de la regeneración que requiere un partido que no es el mismo de hace unos años ni ‘combate’ al mismo nivel político.
En esta guerra se asoman los fracasados o los que siempre han estado a la espera
Las próximas semanas prometen ser animadas, semejantes a un pase de modelos alternativos en el que todos quieren su hueco: los que siempre gustaron de navegar en la sombra esperando su momento, los trepas o incluso los fracasados en áreas de gobierno que aspiran a controlar la alcaldía creyendo que la ciudadanía olvida sus frustraciones y desencuentros.
El PP se enfrenta a una auténtica guerra de facciones en donde todavía no se ha establecido la línea de unos límites antaño superados. Cualquier alternativa es posible en torno a un pulso político que nadie quiere perder y en el que se juega demasiado en una particular demostración de todos contra el todo. Los resultados, sangrantes para muchos, los iremos conociendo. Lo único que hay que tener es memoria para no olvidar.