La ceutí Maritcha Ruiz (Ceuta, 1975) es una de las personas que más de cerca han vivido la montaña rusa de los últimos años del nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Directora de Comunicación del PSOE, de ella dependen los mensajes que lanzan los socialistas desde la Ejecutiva Federal, el Congreso, el Senado y el Parlamento europeo. “Socialista de sangre”, periodista de formación “y de vocación”, “caballa” orgullosa, cada día acude al “faro ideológico” de Ferraz y convence de que “es maravilloso trabajar aquí”.
Ha dicho ‘Vanity Fair’ esta semana que es usted “la mujer que ha hecho un presidente de la nada”. ¿Cómo se siente?
Cuando hay material, un buen candidato,equipo y un partido como el socialista… De la nada no se hacen las cosas.
Se hacen desde el trabajo, el trabajo riguroso, el tesón, el saber y el tener clarísimo que el PSOE es un partido de gobierno, el que ha impulsado las grandes reformas de este país y el que va a seguir haciéndolo a partir de ahora en La Moncloa.
El año que viene cumplimos 140 años y toda la historia del Partido Socialista es paralela a la de España. Ninguna se entiende sin la otra. En este nuevo ciclo que se inaugura con Pedro Sánchez ahí estará de nuevo.
Es usted nacida en Ceuta pero se fue hace muchos años...
Sí, soy caballa. Me fui con 18 años para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense y en julio cumpliré 43 años, por lo que llevo más tiempo que en Ceuta en Madrid, donde me he enamorado, me he casado y he tenido a mi hijo, que es madrileño, pero cada vez que me monto en el barco y veo Ceuta al fondo…
Periodista de formación ¿y de vocación?
Desde pequeñita, desde los 3 años. Después me he especializado en campañas electorales y he escrito dos libros sobre esos temas, en protocolo y administraciones públicas con varios másteres…
He trabajado en gabinetes y en algunos medios como El Faro, he llevado la comunicación de distintas organizaciones, monté mi propia empresa y finalmente, ahora, estoy en el PSOE.
Conoce a Pedro Sánchez cuando va a afiliarse al PSOE. ¿Cómo recuerda aquel momento?
Yo soy socialista de sangre. Mi madre es Ory [Salvadora Mateos] y en mi casa nos han enseñado que el socialismo es una filosofía de vida, SON los valores con los que te enfrentas día a día a tu entorno.
Cuando vine a estudiar Periodismo, aunque muchas veces se dice a los periodistas que no conviene mojarse, sentí, en 1994, que era un momento duro para el partido y que tenía que estar ahí y apoyar. En Madrid no conocía a nadie y aquí hay una agrupación en cada distrito, veintiuna, y, perdidísima, un amigo me dijo que alguien me acompañaría. Y vino Pedro Sánchez.
Y hasta hoy.
Desde entonces amigos y compañeros de partido. Yo dejé de militar activamente un tiempo por el trabajo, los horarios del periodista... Pedro quedó un poco como mi nexo con el partido y siguió su carrera política hasta que, antes de dar el paso de presentarse a las primarias de 2014, me llamó para tomar un café y hablar conmigo e invitarme a incorporarme a su equipo. Le acompañé en esa campaña que ganó y llegué con él a Ferraz, donde empecé como directora digital.
¿Sánchez, que nació en 1972, tenía clara la importancia de Internet, de las redes sociales, etcétera?
Pedro no es nativo digital porque nuestra generación no lo es pero sí creo que ya entendemos que las redes sociales están ahí, que son comunicación en estado puro. Le gustan y hay que utilizarlas.
Vine a Ferraz como directora digital del secretario general y después ejercí como directora de Comunicación del PSOE hasta el 1 de octubre, cuando me fui con él para hacer todos los mítines y toda la campaña de primarias. Ganamos el 21 de mayo [del año pasado] y volví a mi anterior puesto.
El viernes de la semana pasada ganamos la moción de censura y no puedo tener mayor orgullo y mayor satisfacción profesional y personal que la de haber colaborado para que sea presidente del Gobierno.
¿El 1 de octubre, tras aquel convulso Comité Federal, toca fondo? ¿Fue el peor día de toda esta travesía?
Sin duda. El peor momento profesional y personal. Fue muy duro. Fue algo que no debió ocurrir y que nunca más debería volver a ocurrir en el PSOE.
Pero visto lo visto ¿no cree que sin aquel episodio no se habrían escrito los demás, incluido el último?
Sí, está claro que el 1 de octubre… No te das cuenta hasta que no tienes perspectiva de tiempo para ver algo y creo que todavía necesitamos mucha para entender lo que ocurrió aquella tarde, aquel día, en Ferraz 70. Ahí cae Pedro Sánchez pero también empieza a forjarse un nuevo partido y una nueva forma de militar y de entender la política y la izquierda.
Empieza una ética, un camino, que concluye con un señor que vuelve a Congreso pese a que ya no es diputado para defender la moción de censura a un presidente que no apoyó y que es corrupto reconocido por sentencia como él decía y nadie le hacía caso.
Usted ha estado siempre, entonces Ferraz y en la victoria del Congreso...
El jueves, cuando le vi volver a entrar en el Congreso, sentí una enorme emoción. Ver a una persona que sabes que es muy válida, limpia, un gran político, lo mejor que le puede pasar a este país, entregar su acta por no apoyar a la derecha, por ser socialista, es lo más duro que yo he visto en política.
Yo creo que es un mensaje para toda la gente de izquierda: cuando tienes unos valores, cuando esos valores son fuertes, cuando crees en tu partido y en tu ideología, tienes que seguir para adelante aunque todo sea adverso.
Volvamos por un segundo a los días malos. ¿Qué la convence para embarcarse en aquella ruta por España frente al aparato?
Fue duro porque estás fuera de todo pero en mi casa mi madre, mi padre y mi abuelo nos inculcaron unos valores de ser socialista. No es un partido, es un forma de entender la vida y lo primero para mí es el sentido de justicia. Lo que había pasado no era justo y yo quiero poder mirar a mi hijo de cinco años a los ojos, que cuando estudie lo que pasó y me pregunte pueda decirle con orgullo que estuve donde tenía que estar, donde como mujer progresista sabía que tenía que estar. Esa convicción es la que me hizo subirme a un coche y recorrer España.
¿Cómo recuerda el paso por Ceuta?
Estar con Pedro en mi tierra fue un inmenso orgullo. Sentir el calor del partido, cuando subió al Príncipe, que me empeñé en esa visita porque los ceutíes sabemos que no es lo que salió en la serie y él tenía que conocer lo bonito y lo duro de la ciudad, fue un gran orgullo, como en el centro poniendo un ramo de flores a Sánchez-Prado.
Los caballas tenemos la inmensa suerte de contar con la mente abierta e intercultural que nos da nuestra tierra y quizá allí no lo valoramos pero cuando llevas mucho tiempo fuera das las gracias por poder mirar al otro sin verle diferente. Solo estuvimos un día pero el que iba a ser futuro presidente se llevó una imagen correcta de Ceuta y de los caballas.
Ceuta era, además, uno de los pocos territorios con la estructura del partido afín a Sánchez.
Bueno, había diferentes opciones, todas legítimas. Las primarias son necesarias aunque esas fueron muy duras... La grandeza del PSOE está en hacerlas de verdad, en que se contraponen en serio compañeros con compañeros, y lo importante es que el día después se aprieten filas y todos y todas detrás del secretario general.
Yo creo que el 39º Congreso se recordará como el ‘segundo Suresnes’, como el de la entrada en el siglo XXI para ser uno de los partidos socialdemócratas más modernos del mundo. Ese Congreso, el 1 de octubre, el 21 de mayo y el primer Consejo de Ministras y Ministros trae aire fresco que necesitábamos, a España y a la socialdemocracia europea. Siempre miramos a los países nórdicos y ahora nos miran ellos y eso es un orgullo.
¿Con cuánta antelación vio ganada la moción de censura?
No se puede contar mucho. En mis puestos la discreción debe ser absoluta pero había un caldo de cultivo. Las mujeres salimos un 8 de marzo histórico a la calle, los pensionistas, otras manifestaciones… La calle quería algo diferente y eso lo palpas. La sentencia de la ‘Gurtel’ fue la gota que colmó el vaso y entonces se presentó lo que llamamos ‘la moción de censura de la dignidad’ aunque todavía había que conseguir los apoyos parlamentarios.
No podíamos soportar los españoles más porque hemos sufrido mucho y nos merecemos algo mejor. No podemos tener las instituciones sucias y a un partido no le viene mal ir a la oposición. En el PSOE ya hemos hecho una travesía del desierto muy larga.
¿Teme que la ola de simpatía, de ilusión, generada por el nuevo Gobierno, sea demasiado grande?
Las expectativas están muy altas pero es lógico que todo el mundo coja con cariño a este nuevo Gobierno. El trabajo que van a hacer las ministras y ministros superará las expectativas. Los conozco a todos y son grandes profesionales.
Si del de Zapatero se dijo que era ‘el Gobierno del talante’ yo creo que el de Sánchez será el del talento y es lo que necesita este país.
Zapatero vino a Ceuta como presidente. ¿Cree que lo hará Sánchez?
Seguramente. No sé cuándo pero seguro que sí porque tiene a una caballa cerca y los ceutíes somos embajadores de nuestra tierra donde quiera que estamos [Risas]. No hay mejor representante de la ‘marca Ceuta’ que cualquier ceutí en su entorno cuando está fuera.
¿Se arrepiente de aquella llamada de Sánchez a ‘Sálvame’?
No. A ‘Sálvame’ no pero al programa de Jesús Calleja, por ejemplo, después han ido todos. Yo creo que hay que romper moldes, en comunicación y en todo, y llegar a todo el mundo.
Una de las cosas que han llamado la atención estos días ha sido la toma de posesión sin crucifijo ni Biblia y es una cosa que para los ceutíes está normalizada.
También que Carmen Calvo diga ‘Consejo de Ministras’ y si la gente empieza a decirlo se acabará diciendo así. Son cosas que unen y normalizan.
¿Y los tuits de Maxim Huerta?
Maxim tenía unos tuits… Hay casos y casos. Óscar Puente, por ejemplo, borró miles.
¿Le hubiera aconsejado borrar?
Yo cuando cogí la comunicación digital de Pedro él tenía muchos tuits de padre, con sus hijas, de ir por la calle, comiendo en un restaurante con amigos… Es normal y tenemos que empezar a acostumbrarnos a que el futuro presidente o presidenta de aquí a unos años está ahora mismo haciéndose selfies y va a tener una vida digital que no tuvimos nosotros.
Yo creo que la política se ha revolucionado pero son momentos. A mí lo que me llama la atención de las imágenes del Congreso de hace unos años son los uniformes militares, que no hubiese mujeres o verles fumando.
Todo tiene una primera vez y después las cosas se normalizan. Los políticos también deben normalizarse porque ante todo son personas.
En el PSOE tenemos claro que sirven a la sociedad, que lo suyo es un servicio público que incluye estar con la gente donde quiera que esté. Los gestos, los soportes, todo comunica y no nos arrepentimos de aquella llamada en un momento en el que Pedro acababa de ganar unas primarias, se le conocía menos…
Toda la forma de comunicar ha cambiado y hay una generación, los milenials, que todo lo ven a través de una pantalla de móvil.
Nos tenemos que acostumbrar a que los políticos estén con ellos y si para eso hay que ir a otro tipo de formatos pues habrá que hacerlo.
Y os consideráis caballas, así le va a este pueblo, con vuestra actitud, que no reconoce el talento de su gente. Sois dignos herederos del '' Viva la muerte, y muera la inteligencia ''.
???????????????????????????. Imbécil vocacional. No eres más tonta porque no te entrenas. Y zapatero fue un inútil y esté es un enemigo de España, solo es amigo de las ambiciones de su mujer.
Talento es el que le falta a esta señora
Ya veremos como deja España el talento de este lumbreras el día que deje el Gobierno.De momento, se ha metido en la Moncloa como ocupa, porque en este caso, las urnas no han dicho ni pío.
Hola soy el nuevo cejas y voy a destruir España