Con el CETI colapsado, con un millar de residentes, los módulos a tope, las zonas comunes ocupadas y tiendas ya colocadas en la pista deportiva, la entrada de ayer sorprendió a todos obligando a disponer, de nuevo, del aparcamiento de la Hípica. Allí, desde primera hora de la mañana, componentes de Regulares levantaron hasta 15 tiendas de campaña, trasladadas por componentes de la ULOG 23. Tiendas que a su vez disponen de varias literas con lo que, en total, permiten la generación de 280 plazas extra. Fue eso lo que facilitó ayer tarde que los recién llegados pudieran ocupar esas tiendas, retomándose las escenas vistas el pasado 9 de diciembre, tras la llegada de más de 500 personas por Sidi Ibrahim.
La dirección del CETI y todo su personal, además de los vigilantes, tienen que duplicar y triplicar su trabajo para atender a una población que supera en casi mil a la que realmente puede atender este centro. Lo grave no es que se hayan tenido que instalar tiendas sino la duda suscitada entre todos los presentes: ¿qué pasará si hay otra entrada de las mismas características, una vez que todo el aparcamiento ha quedado ya ocupado? Para el centro es importante que los residentes están cerca de la sede para facilitar que sean atendidos con normalidad. Hoy por hoy ya no queda espacio para dar más acogida.
La Ciudad, que es la que ha cedido el aparcamiento, informó ayer de que la medida se enmarca en “una situación excepcional”, agradeciendo “el compromiso y facilidades que, de nuevo, han prestado los responsables de la Federación Hípica, gestores de las instalaciones”, exponen.
La colaboración de la Comgeceu hizo factible la acomodación de los inmigrantes, ya que los militares estuvieron trabajando durante toda la mañana y parte de la tarde montando el campamento alternativo en un tiempo récord.