Tenemos nuevo presidente. Habrá por tanto nuevos responsables en todas las áreas. Se irán buenos trabajadores y se irán nefastos personajes. El PP ya no manda en España. Ha tenido que producirse una suerte de oportunidades para que finalmente Pedro Sánchez termine ocupando la silla siempre buscada y nunca conseguida. El cambio es una evidencia, un hecho que ahora hay que valorar para después criticar o ensalzar. Veremos.
Lo que carece de sentido es la oleada de miedo psicológico que está promoviéndose por redes sociales o a través de la difusión de artículos y noticias. Los asustaviejas nunca descansan. Están ahí, arrastrando su complejo de niños chicos a los que solo leían cuentos de miedo o siempre les asustaban con el coco. De aquellos traumas vienen estas consecuencias, lo que pasa es que los acomplejados juegan a extender el miedo al coco a toda la población. Si lo hace la vecina del quinto o el club de fans disperso por Facebook tampoco significaría mucho. Hay auténticos artistas en eso de publicitar vídeos y memes para contar su película, su verdad y su historia. Más grave es que lo hagan otros. Visualizar el vídeo del diputado Bravo en el que se lanza a hablar de “gran error para el país” o “momento muy difícil” para España es un ejemplo de ello. Parece olvidar que es el diputado que nos representa a todos los ceutíes, lo hayamos o no votado, para que aproveche un ‘momento-plañidero’ digno de la ‘edad del pavo’. Él es solo uno de tantos.
No sabemos qué va a pasar, si los que han venido lo harán mejor o peor. Pero sí sabemos qué es lo que ha pasado y esto parece que se le olvida a buena parte de la población, en especial a los irresponsables que siguen jugando a enlutar a todo un país porque han sufrido una derrota que ni siquiera imaginaban.
El obligado ejercicio de reflexión que muchos deberían llevar a cabo se pierde en un camino de egos, despropósitos y falsa defensa de España, de un país que muchos quieren apropiarse (ya lo han intentado hasta la saciedad con la bandera y el sentimiento).
Cada uno ya es mayorcito para dejarse encandilar por esos asustaviejas que parecen sacados de aquellos antiguos programas radiofónicos en los que los miedos y amenazas estaban a la orden del día hasta el punto de desestabilizar a la población. No cuela.