El Grupo Parlamentario Popular ha presentado a la mesa del Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley relativa a los psicólogos de emergencias, para su debate en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales.
Tal y como define el PP en su exposición de motivos, la Psicología de emergencias y desastres abarca el estudio del comportamiento y el modo de reacción de los individuos, grupos o colectivos humanos en las diferentes fases de una situación extrema de esas características. En palabras del Partido Popular, experiencias de esta índole muestran “que aparecen necesidades psicológicas diversas en la población afectada y que suelen exceder a la capacidad de respuesta de los servicios de la comunidad”, y ponen de relieve la necesidad de incluir, junto con otros profesionales, a psicólogos especializados en este tipo de circunstancias en los grupos de trabajo de intervención y rescate.
Por ello, hace hincapié en la importancia de que el profesional en esta especialidad de la Psicología “debe estar preparado profesional y emocionalmente para hacer frente a las más variadas contingencias, además de haber recibido una formación específica en esta materia”.
La Ley 44/2003, de 21 de noviembre, que regula los aspectos básicos de las profesiones sanitarias tituladas y contempla los Diplomas de Acreditación y los Diplomas de Acreditación Avanzada, como instrumentos para certificar el nivel de formación alcanzado por un profesional en un área funcional específica de una determinada profesión o especialidad, afirma que el establecimiento de nuevas figuras de reconocimiento de la formación continuada de los profesionales sanitarios titulados resulta especialmente conveniente en la línea de avanzar en la calidad de dicha formación.
El grupo Popular ha presentado su Proposición No de Ley, a través de la cual insta al Gobierno a “proponer, previa detección de la necesidad en los términos establecidos por el R.D. 639/2015, de 10 de julio, que los regula, contando con el informe favorable del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, la aprobación del Diploma de Acreditación para Psicólogos de Emergencias”.
El Consejo General de la Psicología de España ya consideró la necesidad de a acreditar a los profesionales de la Psicología en Emergencias y así lo viene haciendo desde el año 2017.
Cada Colegio Oficial de Psicología tiene su propio Grupo de Intervención Psicológica en Emergencia y Catástrofes (GIPEC), dotados con profesionales formados en este ámbito específico, con una dilatada experiencia. Concretamente en Ceuta, empezamos a formarnos en el año 2006 con las I Jornadas en Psicología de Emergencia y Catástrofes y desde el año 2007 contamos con un GIPEC, con el cual la Ciudad Autónoma tiene firmado un contrato para prestar los servicios de psicología en situaciones de accidentes de tráfico, accidentes náuticos, situaciones de explosión, incendio y fenómenos meteorológicos adversos que afecte gravemente a la ciudadanía, pérdida de la vivienda o los bienes por causa de una explosión, un derrumbamiento o cuando hay personas implicadas heridas, atrapadas o perdidas, menores solos, que hayan perdido a los padres, intentos de suicidio, intervención psicológica dirigida hacía el suicida y a sus familiares, secuestro-retención, comunicación a menores de la muerte de sus progenitores y viceversa, crisis en enfermos mentales, atención especial a las personas que pueden desembocar en conductas autolesivas o agresivas, asesinatos-homicidios, situaciones de gran impacto social, atención psicológica a personas involucradas en aquellas situaciones de emergencia, familiares y/o personal de los servicios que participan en la emergencia (bomberos, sanitarios, operadores, cuerpos de seguridad, etc), después de situaciones de gran impacto emocional.
Lola Escalante, Coordinadora Nacional del Área de Emergencias del Consejo General de Psicología Y Decana del Colegio de Psicología de Ceuta señala que además es necesaria la presencia del profesional de la psicología de emergencia en el servicio de 061, como ocurre en otras Comunidades Autónomas y no solo para la atención a los afectados directos por la emergencia sino también a los propios profesionales sanitarios, como así lo demandan médicos y enfermeros de este servicio, ya que están expuestos a situaciones de estrés continuadas.
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