Pasaban la droga a España desde Marruecos por vía aérea
La Guardia Civil de Sevilla, en el marco de la denominada operación Andalusía-Serranía,ha detenido a 18 presuntos integrantes de una potente organización criminal, estructurada y jerarquizada que se dedicaba a introducir hachís en España desde Marruecos por vía aérea.
Entre los detenidos se encuentra el presunto cabecilla de la organizción, ciudadano marroquí que estaba aficando en una lujosa zona de Marbella, y los pilotos de helicópteros, de origen serbio, según ha informado la Guardia Civil. Ninguno de los arrestados ha llegado a ingresar a prisión y se encuentran en libertad o en paradero desconocido.
Tras la apropiación de este helicóptero, la organización adquirió en Alemania una nueva aeronave que fue introducida en España de forma ilegal, y que también fue interceptada el 9 de diciembre, cuando realizaba un supuesto vuelo desde Sevilla hasta Marruecos.
Los agentes se percataron que el helicóptero volaba a muy baja altura y sin ningún tipo de luces, lo que hizo que se activara un amplio dispositivo para su localización e interceptación, que finalmente tuvo lugar en una finca situada en Las Cabezas de San Juan; donde, además, se ha logrado detener a tres presuntos componentes de la organización, entre ellos el piloto, un exmilitar de origen serbio y uno de los máximos responsables.
Droga arrojada al mar
En la posterior inspección del helicóptero comprobaron que no llevaba carga, si bien todo indicaba que podría haber arrojado la mercancía durante el vuelo ante la sospecha de haber sido detectados. En la finca localizaron el camión utilizado para el transporte de dicho helicóptero, así como diferentes instrumentos utilizados por los pilotos para llevar a cabo los vuelos nocturnos.
La organización desmantelada también disponía de una importante rama logística encargada de conseguir los helicópteros, el combustible, naves donde ocultar las aeronaves y fincas donde iniciar los vuelos. Además, disponía de un personal que se encargaba de vigilar las mismas y mecánicos para mantener a punto los helicópteros, unas aeronaves potentes y ligeras, fabricadas en Alemania, con capacidad para varios pasajeros, si bien los narcotraficantes las adaptaban para transportar mayor cantidad de droga, hasta 900 kilogramos.