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La primavera sigue siendo válida para la aprobación del documento
El Gobierno sigue manteniendo que para la próxima primavera, de una manera definitiva, el Plan General de Ordenación Urbana debe pasar por el pleno de la Asamblea para su visto bueno definitivo en nuestra ciudad y que se pueda remitir al Ministerio de Fomento para su aprobación.
Reconoce que aún no pueden dar una fecha exacta, porque quedan por incorporar a los distintos documentos del Plan los informes sectoriales que aún no han sido enviados por parte de distintos departamentos ministeriales o entidades dependiente de la Administración General del Estado y cuya opinión es absolutamente obligatoria incluirlas en los documentos de Ordenación Urbana. De todas formas, según las últimas indicaciones que le han dado al presidente de la Ciudad Autónoma, se confía que para finales de marzo ya se encuentren en poder de los técnicos responsables de la confección del PGOU todos estos informes vinculantes.
En la entrevista que mantuvo la semana pasada con el ministro de Fomento, Inigo de la Serna, el PGOU se puso encima de la mesa, no en vano, son departamentos de este Ministerios los encargados de viabilidad o no el mismo. El propio De la Serna, en la comparecencia que con posterioridad tuvo con el presidente Vivas se comprometió a que por parte de su departamento se iba a intentar, por encima de todo, que no se agotaran los seis meses que establece la ley para dar una respuesta definitiva.
Se debe tener en cuenta que desde hace muchos años los distintos responsables políticos y técnicos que ha tenido el Plan General de Ordenación Urbana han mantenido un camino del que nunca se han salido, en el sentido de que el desarrollo del PGOU ha ido siempre con el visto bueno de los técnicos del Ministerio de Fomento.
El ayuntamiento debería ser más diligente en materia urbanistica y su disciplina, vista en toda su amplitud y en toda la ciudad, porque cada uno hace lo que le da la gana, desde colgar una estufa en la fachada de un edificio, poner obstáculos en la vía pública donde no se debe o una construcción ilegal, todas son infracciones urbanísticas, y luego queremos tener una ciudad turística y de vanguardia y no se dan cuenta de que para eso hace falta otra mentalidad y enfoque que no se tiene ni por asomo. La permisividad en esta materia también influye negativamente en nuestra imagen y en nuestra economía pero a estas alturas ya, esto no tiene arreglo.