Piensa en la figura del trabajador o trabajadora social ¿Qué te viene a la mente? Quizá lo primero sea que “ayudan a los demás” o que nuestra labor se centra en las personas pobres y marginales. Y no, tampoco quitamos niños, imagen con la que se nos ha asociado, sobre todo, por la aparición en el mundo del cine.
El trabajo social es una de las profesiones con más mitos aferrados a su sombra, una imagen que se daba en sus orígenes, cuando se declaraba “pobre de solemnidad” a través de una cartilla y éramos conocidos como asistentes sociales. Actualmente somos un pilar para la sociedad.
El trabajo social busca favorecer el desarrollo de vínculos humanos saludables y fomentar cambios sociales que deriven en un mayor bienestar para las personas, su felicidad. Los trabajadores sociales, de este modo, actúan sobre ciertos factores relacionados a las interacciones de los individuos con el entorno y trabajan en la mejora de las habilidades sociales de los usuarios.
Trabajamos con y para la ciudadanía. Somos el profesional de referencia de los Servicios Sociales.
Aunque cada vez se visibiliza más esta disciplina, aún sigue habiendo muy poca conciencia por parte de la gente de lo que significa nuestro trabajo y se formulan una serie de mitos que iremos derribando. Existe una gran confusión con el término que nos afirma. Para mucha gente seguimos siendo “asistentes sociales”. A pesar de haber dejado esa denominación años atrás, nuestra labor continua sin definirse como trabajadores sociales o más bien, graduados en Trabajo Social.
Para muchos, realizamos actividades burocráticas, como gestionar ayudas y recursos, rellenar papeleo y derogar ayudas. Si bien es cierto, que contamos con una gran parte de trabajo de oficina, nuestra labor no se limita a esta práctica. No solo proporcionamos ayudas económicas, evaluamos la situación y buscamos el bienestar de nuestros usuarios en otros ámbitos como es la protección de la infancia, la prevención de riesgos…
Continúa el mito de que es una profesión feminizada, solo de mujeres, lo que cubre de estereotipos a los hombres que se dedican al trabajo social. Sin embargo, cada vez son más los que se suman a esta profesión y son grandes profesionales.
No somos voluntarios, estudiamos, nos formamos y preparamos, estamos cualificados para desempeñar nuestras funciones y desarrollar nuestras capacidades, percibiendo un salario igual que cualquier otro trabajador.
Estamos por y para ti. Somos el profesional a quien consultar en los procesos difíciles a nivel personal y social, con tu trabajador social será más sencillos de afrontar.