La Ciudad está buscando maneras de reactivar la economía, de atender las peticiones empresariales, de conseguir mejoras que alivien el daño derivado de los colapsos fronterizos. Enmarcado en este debate se encuadra la petición que le ha cursado la CECE para que se reduzca el IPSI a los productos que, en Marruecos, son mucho más caros, al objeto de generar un efecto llamada hacia determinadas compras que resulten más rentables.
La Ciudad se ha mostrado afín a esta medida y estudia ya los productos sobre los que habría que aplicar estos beneficios, buscando que de esta forma las empresas puedan tener una mayor y mejor viabilidad económica.
La propia responsable del ramo, Kissy Chandiramani, ha dejado claro que, al igual que lo piensan los empresarios, no se quiere que el comercio con Marruecos se convierta en un monocultivo basado en alimentación y prendería.
Hay que ir más allá, hay que mejorar las líneas de actuación para buscar fórmulas que deriven en beneficios para un sector que atraviesa un periodo marcado por los peores datos económicos.
Esta medida junto a las ya anunciadas de garantizar una seguridad jurídica a Servicios Tributarios en su lucha contra el fraude fiscal marcan una hoja de ruta clara, en la que se está trabajando, que está protegida por un compromiso político firme y que persigue, sin género de duda, volver a los datos de rentabilidad y mejora económica que se han perdido en un sendero que asoma torcido.