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La escritora llega a Ceuta para mantener un encuentro con sus lectores. Será a las 20.00 horas en la Sala de Usos Múltiples de la Biblioteca
Espido Freire (Bilbao, 1974) inicia su relación con la literatura gracias a ‘Irlanda’, una novela de la que guarda un “especial cariño”. Al año siguiente de su publicación consigue el Premio Planeta con solo 25 años por ‘Melocotones helados’ (1999), convirtiéndose en la escritora más joven en lograr este prestigioso certamen de las letras españolas. Empresaria, escritora y columnista crea historias y ensayos, imparte conferencias y cursos, acumula seguidores en instagram (@espidofreire) y, además, disfruta de la vida con la conciencia tranquila.
Han pasado diecinueve años desde que se publicara su primera novela, y desde entonces Espido Freire ha aprendido mucho de sí misma. Su blog es un ejemplo claro de que la literatura no está reñida con la moda, la gastronomía y la felicidad. Cercana, sencilla y comprometida con los problemas de nuestra sociedad llega a Ceuta para tener un encuentro con sus potenciales lectores y sus fieles seguidores. Con ellos compartirá su pasión por ese mundo de la literatura, aficiones y confesiones mundanas. Esta mañana la recibirán los alumnos de Bachillerato del IES Camoens, quienes han estado trabajando en las aulas textos de la escritora. Por su parte el resto del público ceutí podrá disfrutar de un encuentro con Freire a las 20.00 horas en la Sala de Usos Múltiples de la Biblioteca Adolfo Suárez.
– Por el perfil que adoptan muchos de sus personajes la califican como una autora feminista. ¿Cree que se hace un mal uso de esa palabra?
–La palabra es la correcta pero, por desgracia, la ignorancia general ha transformado el sentido de la palabra ‘feminismo’: el deseo y la lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres.
–En 'Cuando comer es un infierno' aborda una etapa delicada de su vida, ¿la literatura se convirtió en un medio para desahogarse?
–He dedicado tres libros a los trastornos de la alimentación, ‘Cuando comer es un infierno’, ‘Quería volar’, y el último, en 2016, ‘La vida frente al espejo’. Ninguno de ellos fue escrito mientras yo me encontraba enferma, de manera que la literatura no me sirvió, ni entonces ni luego, como un desahogo. Sí como una herramienta muy poderosa para poder advertir de los peligros de estas enfermedades y para ayudar a enfermos y familiares.
–Ha experimentado con casi todo tipo de géneros. ¿Tiene todavía algún proyecto por cumplir?
–No he trabajado en guión. Creo que es lo único que me queda. Y no lo descarto...
–De todos sus libros y novelas. ¿Con cuál se queda y por qué?
–La primera novela y la última resumen siempre bien una carrera: una de ellas, ‘Irlanda’, continúa leyéndose casi 20 años más tarde, y la última me está permitiendo el acceso a un público juvenil siempre nuevo y revigorizante.
–¿Cree que los premios de novela como el Nadal y Planeta, en sus últimos años, reflejan la calidad humana en sus dimensiones reales y verdaderas de la literatura o, cada vez más, están siguiendo la corriente de la cultura fácil y televisiva?
–Es imposible generalizar: cada año y cada premio tienen sus características. Los hay más de mi gusto y otros que entiendo, pero no comparto. Siempre hay magníficas sorpresas entre esos nombres.
–A pesar de la presión por la imagen que pudo vivir en su juventud recientemente se ha aficionado al mundo de la moda con la creación de su propio blog. ¿Cómo de importante es la imagen en el mundo actual?
–No, no ha sido recientemente, siempre he estado profundamente involucrada en temas como la moda y el cuerpo. Quizás con el blog algunas personas lo hayan descubierto hace poco; precisamente para eso lo inicié, para mostrar aspectos distintos y romper tabús. La imagen es tan importante como uno desee. Por desgracia, muchas mujeres, sobre todo jóvenes, no se sienten con derecho a elegir y viven como una carga o una imposición su imagen. Algo que debería ser creativo, y sobre todo, una manera de sentirse poderosa, presente en una sociedad, se convierte en una trampa consumista y de insatisfacción. Queda tanto por hacer que mejor comenzar por donde cada uno pueda.
–Es una fiel defensora de los derechos de los animales. ¿Sería esa España sin toros mejor que la actual?
–Sí. Un país libre de la exhibición de la tortura a animales demostraría un importante avance. Toros, mascotas, animales de caza y animales para el consumo. La crueldad es una señal de atraso, y un nefasto ejemplo para la siguiente generación.
–Repite visita a Ceuta. ¿Qué imagen tiene? y ¿qué espera llevarse?
– Sí, he tenido la suerte de volver por tercera vez y espero llevarme algunos lectores nuevos, y conocer un poco más una tierra tan lejana, tan cercana, tan conocida y tan exótica.
–Mantendrá un encuentro con sus lectores. ¿Cómo ha decidido enfocarlo? ¿Qué desea trasmitirles?
–Veremos; no me gusta llevar un esquema programado y rígido. Dependerá de sus edades, de sus intereses... Pero desearía transmitirles mi pasión por las historias y la literatura, y compartir con ellos una visión sobre la vida.