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El acusado, J.C.M.P., lo niega y alegar ser víctima de un fraude de tarjetas en Barcelona
Un mensaje de texto de su banco de madrugada dio la alerta a la víctima de que en su cuenta habían extraído más de seiscientos euros en una compra por Internet que volvió a repetirse casi por la misma cantidad. Acudió al banco para comprobar esas compras realizadas sin su consentimiento con su tarjeta de crédito e interpuso la denuncia. J.C.M.P. es acusado de ser el supuesto autor de esas compras fraudulentas realizadas en septiembre de 2011. Por ello se enfrenta a una pena de un año de prisión. Pero en el juicio de ayer dijo ser él la víctima de una trama de fraude de duplicado de tarjetas de crédito desarticulada en Barcelona, según le informaron atentes de la Policía Judicial de la Ciudad Condal. “Me dijeron que había sido una estafa de gente rusa que duplicaba tarjetas”, afirmó.
No obstante, alegó que él recibía paquetes en su domicilio de Córdoba porque tenía un trabajo de “agilización de envíos” donde su función era recepcionar el paquete, hacerle una foto, enviarla a la supuesta empresa que le había contratado, y devolver el paquete sin abrirlo. Era un trabajo que vio “por Internet” y lo aceptó sin ver nada extraño porque él solo estaba “contento por tener un trabajo”.
La Policía Nacional de Ceuta investigó estos hechos tras la denuncia de la víctima, I.B.B., y comprobaron que se habían realizado tres compras, dos de ellas habían sido hechas efectivas y una tercera fue abortada antes de que la empresa enviara el paquete. El instructor del caso dijo que las características de estos hechos delictivos no tienen “nada que ver” con la intervención policial de Barcelona. En cambio, explicó que la investigación de la denuncia interpuesta en Ceuta dio como resultado el procesamiento de J.C.M.P. después de diversas comprobaciones de datos falsos y verdaderos. La vista quedó aplazada al no poder practicarse una videoconferencia.