Delegación envió ayer un comunicado oficial que más bien parecía una declaración de intenciones en torno al trabajo que van a desempeñar para eliminar los ruidos del Hospital.
Es ahora cuando nos enteramos que existen 4 fases de actuación. Es ahora cuando incluso la plaza de los Reyes se atreve a lanzar la primera crítica contra la Ciudad, al recriminarle que llevan tiempo sin cumplir con una serie de acciones que debían haber llevado a cabo. Es el primer tirón de orejas, producido justo en el momento en que, por boca del líder de Caballas, se desliza la palabra 'tribunales'. Hay nervios. Muchos. Lo vimos tras la intervención de Emilio Carreira en el pleno y ese ya mítico "le vamos a meter un puro a Ingesa". Lo vemos ahora con este comunicado oficial de advertencia redactado en la plaza de los Reyes que no deja en buen lugar a la 'plaza amiga'.
Los ruidos están ahí, los incumplimientos continuados de las promesas también. Las amenazas de denuncias asoman ya y se hacen públicas. Ante este panorama nos hacemos la pregunta del millón: ¿cómo es posible que se permitiera la construcción de viviendas al lado de un hospital?, ¿no se dijo que precisamente se construía allí el HUCE porque no había casas cercanas?
Unos promovieron las casas y otros callaron. Ahora, con los problemas encima de la mesa y la apertura de expedientes, empiezan a aparecer los nervios y nadie quiere colgarse la etiqueta de culpable. Veremos en qué terminan esas 4 fases para frenar el ruido y si los vecinos pueden recuperar una tranquilidad perdida, sufrida y soportada en un silencio mediático recientemente roto.
Veremos si hay soluciones, si realmente esos expedientes se mueven o se caducan sin actuación concreta en forma de sanción. La clase política debe dar respuesta a esta problemática que no se encuadra solo en este punto concreto. Si Ceuta tiene una asignatura pendiente esa es la de la contaminación acústica. Solo se ha actuado a base de denuncias en los tribunales, porque ha habido personas que han entregado su vida a denunciar, a acudir a la justicia a demostrar con mediciones lo que estaban sufriendo, a implorar justicia en una ciudad que cerraba las puertas a este tipo de comprobaciones. ¿No se acuerdan la época en la que la Policía siempre tenía estropeados los sonómetros?, ¿o de cuándo las denuncias por ruidos eran tomadas a chufla?
Confiemos en que los tiempos cambien pero no lo hagan por miedo.