Tengo que reconocer que el fenómeno “Podemos” se escapa de mi lógica aristotélica y aunque le he dedicado momentos de reflexión para intentar conocer como se ha producido, todavía no he llegado a conclusión sólida alguna.
El hecho de que a esta banda revolucionaria antisistema de corte fascista, la voten más de cinco millones de ciudadanos, es un hecho objetivo que no logro entender completamente. Puedo entender y apoyo el grito en contra de la corrupción de los partidos, lo que pudo ser el movimiento de los indignados del 15 de Mayo de 2011. Ese grito regenerador que a todos los partidos les ha debido producir una catarsis de limpieza total y de control de todos los gastos en sus esferas interna de partido, local y autonómica en los Ayuntamientos y Comunidades que gobiernen, lo que sin duda beneficiaría moralmente a los votantes y a los políticos de esos partidos que podrían presentarse a las elecciones más dignamente. Esa catarsis no ha sucedido. Lo único que ha ocurrido ha sido el desarrollo de los procedimientos judiciales de las diversas tramas de corrupción que han conseguido que salgan a la superficie los nombres y cantidades de parte de lo defraudado, pero los partidos no han movido un solo dedo. El Registrador al conocer lo surgido en Valencia ha dicho “Ya no volverá a ocurrir” a continuación blinda a Rita Barberá en la Diputación Permanente del Senado (¿será para que calle lo que sabe?). La trama de los Eres en Andalucía cada día nos sorprende con nuevos imputados (ya van 227), y estos días de nuevo Telefónica ficha a Trinidad Jiménez, las puertas giratorias continúan y al Secretario General del PSOE le parece muy bien porque “no va de consejera”, seguro que tampoco de portera. Siguen sin tomar a los ciudadanos en serio. Esta es la parte de la historia que comprendo. Que los ciudadanos hartos de corrupción se echen en manos de un líder mediático que con una labia bolivariana haya tenido el mérito de atraerlos seduciéndolos como a los monstruos en la mozartiana “Flauta Mágica”. Eso ha hecho que los “podemitas” obtuvieran algún escaño en el Parlamento Europeo y bastantes más en cuantas elecciones posteriores se han presentado. Incluso que algunos Jueces, pasándose a sus filas, pudieran intentar regenerar el sistema mediante su influencia en la banda, podría entenderlo. Ya me cuesta más trabajo que lo haga un General del Aire, porque ahí no veo espíritu de regeneración alguno sino de poder. Pero ahora ya se conoce la trayectoria de esta banda, su implicación en la dictadura bolivariana de Venezuela, su financiación por la teocracia iraní, su apoyo a los asesinos de Eta a cambio de los votos de Bildu lo que también aumenta su faltriquera de votos; también se conoce ya su forma de gobernar en los Ayuntamientos en los que lo han conseguido como el de Madrid, que sea un auténtico desastre, ahuyentando todas las inversiones; sus apoyos a la desmembración de España apoyando a los partidos secesionistas vascos y catalanes, ¿Qué tiene esto que ver con la corrupción? De otra forma esos apoyos y esta banda significan una corrupción aún mayor de aquella contra la que decían luchar.
El apoyo del Partido Popular en las televisiones como estrategia para debilitar al PSOE se me antoja suicida. Pero qué duda cabe que es una de las razones del aumento de sus votantes. Esta banda, cuyos dirigentes eran miembros del Partido Comunista e integrados en Izquierda Unida es una secta marxista-leninista, por lo que desde el punto de vista de las ideas no va a enseñar a nadie absolutamente nada y como todo comunismo el sistema interviene en la vida de las personas y rechaza todo lo que puedan ser límites a esa acción. La ausencia de libertad y de democracia es el buque insignia del comunismo aunque a sus dirigentes se les llene la boca de esas palabras, pero en ningún país comunista sus ciudadanos han podido gozar ni de libertad ni de democracia. Para disfrazar de modernidad sus políticas todas las envuelven con el logotipo de “reformistas y progresistas”, como el resto de la izquierda. Entonces, ¿Cuáles son las ventajas que esta banda nos ofrece?, porque lo que está ocurriendo en los lugares donde gobierna los ciudadanos están completamente decepcionados. Si el buen gobierno consiste en el desprecio de la tradición y a las raíces cristianas, el aborto libre, el desenfreno en el gasto público, el impago de la deuda pública, el incumplimiento de los compromisos de déficit presupuestario, el aumento brutal de los impuestos, la enseñanza pública como única enseñanza, la falta de respeto a la de propiedad privada, la Administración pública para los camaradas, el demérito como galardón, la vuelta a las soflamas de la Guerra Civil, aunque afortunadamente ninguno de los dirigentes de la banda ha sufrido y la mayoría incluso no ha conocido un solo día del franquismo pero parece que su recuerdo les atormenta a diario; la desmembración de España, la nación más antigua de Europa, en fin no logro hallar ventaja alguna que pudiera elevarse al denominador común del interés general. Además rechazo la radicalidad de sus dirigentes, sus formas, su ausencia de cultura, y su escaso interés por la sociedad y su extraordinario interés por el poder. Está claro que este movimiento no ha surgido el 15 M, la semilla ha fructificado ahora pero se plantó en la época de Zapatero y las ideas se empezaron a difundir allá por 2005 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM en la época en que Verstringe comenzó a ilustrar a los militares venezolanos” revalorizando la guerra asimétrica como opción altamente eficiente para que actores débiles logren vencer a enemigos infinitamente más poderosos”.
Fuera de la democracia nos convertimos en una oclocracia o gobierno de la muchedumbre, ya que siguiendo con Aristóteles, es una de las formas específicas en las que puede degenerar la democracia pues a la hora de abordar asuntos políticos presenta una voluntad viciada, confusa, sin juicio o irracional, por lo que carece de capacidad de autogobierno. El historiador griego Polibio llamó oclocracia al fruto de la acción demagógica “Cuando la democracia, a su vez, se mancha de ilegalidad y violencias, con el pasar del tiempo se convierte en oclocracia” presentándose como el peor de todos los sistemas políticos, el último estado de la degeneración del poder. El filósofo escocés James Mackintosh muestra la oclocracia como” la autoridad de un populacho corrompido y tumultuoso, como el despotismo del tropel, nunca el gobierno de un pueblo” .Así el interés de los oclócratas que ejercen el poder buscan degenerar la democracia en oclocracia con el objetivo de mantener el poder de forma corrupta, buscando ilusoria legitimidad en el sector más ignorante de la sociedad, hacia el cual vuelcan todos sus esfuerzos propagandísticos y manipuladores. Morado y en botella. Podemos.
Pero según los estudiosos de las encuestas, el aumento vertiginoso de esta banda se produce fundamentalmente a expensas de los votantes de Izquierda Unida, del todo comprensible ya que son comunistas las ideas que engarzan ambos bandos y se pueden colocar mejor sus dirigentes, y del PSOE. En este punto hay que recordar la nefasta Ley de la Memoria Histórica de Zapatero que de nuevo ha conseguido dividir a los ciudadanos cuando todas las heridas de la Guerra Civil ya estaban cerradas y cicatrizadas. Esa bomba estratégica del nefasto zapaterismo ha servido para que el ala revolucionaria del PSOE se adhiera a la nueva secta quitándole gran parte de sus votantes. El apoyo mediático por parte del PP, tan importante en una banda que nunca se había presentado a las elecciones generales y el hundimiento del PSOE si pueden explicar de una manera más lógica el ascenso de la banda, junto al rebaño de votos de los partidos separatistas y marginales, cual baúl de los recuerdos.
Pero ¿por qué el PSOE ha decidido su marginación en vez de construir un partido de corte europeo más cercano a la socialdemocracia que al comunismo? Por falta de líderes comprometidos con la idea de Estado. Por ello desde el zapaterismo, continúan con el ansia de poder, se comprometen a soltar a los presos de Eta paran congraciarse con los independentistas del PNV y de Bildu, a dialogar sobre la independencia de Cataluña para obtener el apoyo de los partidos independentistas catalanes (CDC y Ezquerra Republicana) a nombrar ministros a quien le señale el jefe de la banda podemita.
Creo que el PSOE es un partido imprescindible para afianzar la democracia surgida de la Constitución de 1978, pero sin poner en peligro, tras cada periodo electoral, los cimientos del Estado. Por ello, debería seguir los pasos de los distintos partidos socialdemócratas europeos que abogan por la igualdad, por lo que deberían apoyar la supresión del Concierto Vasco y del Convenio navarro, la no contaminación con los partidos independentistas, que en mi opinión deberían estar prohibidos, como ocurre en Francia, la igualdad en la educación, el apoyo a la economía del bienestar y a las clases más débiles de la sociedad, la independencia y soberanía de la nación.
Esta dicotomía entre revolución o reforma es lo que divide al PSOE, lo debilita y permite que una banda revolucionaria y comunista con ideas ya no creíbles por el horror sufrido en los pueblos que las han puesto en práctica pueda recoger el voto del ala revolucionaria del PSOE, lo que debilita a la sociedad española. La caída de la bolsa española a niveles de 2013, lo que hunde los ahorros de los españoles y el alza de la prima de riesgo que encarece nuestra deuda, son los primeros síntomas de la llegada de esta maldita metástasis propiciada por el ala revolucionaria del PSOE. El caso es que entre Chávez, Zapatero y Rajoy han creado un monstruo, ahora tiene hambre y come tigre.