Resulta que la Ciudad nos dice que van a pedir permiso a Álvaro Siza para rediseñar la plaza del Revellín. Ahora, cuando se han visto incapaces de darle sentido a una obra en la que este Gobierno se ha gastado millones y millones por la cara, nos vienen a ‘vender’ un cambio a lo que ‘parió’ el intocable. Aún recuerdo cuando fue la presentación de la gran Manzana, parecía que iba a ser algo grande para Ceuta, eso es lo que
‘nos metieron por los ojos’ para justificar lo injustificable porque detrás de la Manzana hubo mucha historia, demasiada miga política, hubo mucho más que la construcción de un teatro y una plaza.
Este Gobierno, el mismo que es capaz de definir lo del 6-F como “un accidente” -ni la propia Guardia Civil ha llegado a ese extremo-, nunca ha sabido sacar partido ni al teatro ni a su plaza. El primero no ha servido para activar esa cultura que tanto cuesta levantar en Ceuta, la segunda ha terminado siendo un meadero público, sin vida, sin función acogedora... sin nada, una plaza, en definitiva, muerta.
La incapacidad gestora en torno a la Manzana se apreció desde el minuto 1. Aquí fuimos los paletos de pueblo a los que se nos vendió un proyecto en un momento político en el que cabía eso de acariciar los gastos millonarios (nuestros gestores sabrán por qué). Ahora, sin sentido alguno se nos intenta ‘vender’ como algo normal la remodelación de la plaza y llegará el momento en el que hasta se cuestione la construcción de un teatro en el que, no lo olvidemos, se quiso colocar de acompañante un mercado, como si ambas instalaciones estuvieran más compenetradas que unos recién casados.
La propuesta no deja de ser ridícula, fiel reflejo de la nula capacidad por saber, todavía hoy, qué hacer en la zona.