Ha vencido, claramente el Barcelona en la competición europea de más rango y dificultad: lo reconocen sus contrincantes históricos de mayor nivel profesional y los seguidores de ellos, que son verdaderas multitudes.
Se reconoce esa valía del Barcelona pero ya se está pensando en la temporada próxima para volver a medir las fuerzas y alzarse, al final, con un triunfo tan completo como el logrado por el Barcelona.. Medir las fuerzas es la misión que todos tienen, pero también lo es, como seres humanos, reconocer la valía de los demás. Días de júbilo para el equipo de fútbol Barcelona, pero día de júbilo, también, para sus competidores. Cada uno de ellos dio lo mejor que tuvieron en sus días de competición y eso les honra, pero algo deben afinar cada uno de ellos para llegar a la final y ser capaces de triunfar en ella. Debe existir un sincero compañerismo entre todos los que intervienen en las competiciones y sobresalir cuando haya podido demostrar, cada uno de los jugadores en particular, valía excepcional. Con ese ánimo hay que acudir a cada partido, formando un conjunto capaz de vencer. Días de júbilo, también, para cada equipo cuando logra un triunfo que le asegura un puesto de excelencia en la clasificación. Es un camino que se emprende con la mente puesta en unas determinadas clasificaciones. Sólo habrá un vencedor pero cada uno de los participantes debe salir al campo de juego con la mente puesta en el triunfo. Se debe acudir a cada partido con ánimo alegre y espíritu de noble luchador. Las competiciones no sin para deshacer las espinillas de los contrarios sino para luchar, con nobleza, por el triunfo. Se comprende, fácilmente, que cada persona muestre su satisfacción por uno u otro equipo y es lógico que puedan mostrarse diferencias entre los espectadores de uno u otro partido, pero, naturalmente, con el respeto que se ha de tener a cada persona. Desgraciadamente no es así y ello enturbia - a veces gravemente - el ambiente y el respeto entre unos y otros. Los días de júbilo deben ser para todos. Nadie debe marcarse sintiendo satisfacción por la posible humillación de otros. La buena convivencia hay que mostrarla en todo momento y ocasión. Bueno es vivir días de júbilo recordando la feliz trayectoria del Barcelona en las competiciones de este año, pero ello no debe dar paso al sueño sino a la realidad dura de la continuidad en la preparación de la temporada siguiente. El ser humano sabe que tiene que luchar para vencer; luchar contra sí mismo para no dejarse invadir por los días de júbilo del pasado sino por el deseo de repetir e incluso mejorar cada una de las actuaciones del periodo que acaba de finalizar. Días de júbilo, en fin, por sentirse capaz de volver a triunfar, o perder con gran dignidad.