Es evidente y patente, el gran problema, impacto y repercusión social que supone para nuestra ciudad, el progresivo aumento del consumo de drogas a edades cada vez más tempranas, así como, las escandalosas y escalofriantes cifras de delincuencia juvenil.
Sin embargo, ante esta situación descrita, que exige rigor y eficiencia para actuar e intervenir de manera óptima, se observa y constata la insuficiencia y carencia de la gestión y respuesta por parte de los poderes públicos responsables. No se ejecutan iniciativas serias contra tales problemas por parte de nuestro Gobierno, que más que intentar solucionar y erradicar esos graves problemas, lo único que ha venido haciendo hasta ahora es aplicar tratamientos paliativos y “bálsamos” de cura obsoletos que de nada han servido, acudiendo al uso de la intervención estigmatizada e ineficaz.
Desde el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, abogamos por una verdadera y eficiente intervención que aborde, ataje y actúe en esa grave problemática de consecuencia y trascendencia social que representan el contexto y los problemas derivados y asociados a las drogodependencias y la drástica delincuencia juvenil que asolan a la ciudad. Los poderes públicos olvidan y suelen obviar la realidad y la falta de obligación para actuar e intervenir de manera favorable y conforme a las necesidades y situaciones que se demandan. Actuar mediante “la intimidación o la fuerza”, no es siempre la solución más fructífera ni ventajosa, sin embargo, suele ser la opción más cotidiana y empleada por nuestros poderes públicos.
Desde el MDyC, consideramos que es importante que exista coherencia, compromiso y una verdadera responsabilidad por parte del Gobierno y de las fuerzas políticas, que no se sustenten en creencias erróneas, como las suscitadas por los poderes públicos. Para el MDyC, no tenemos la mínima duda en cuanto a sostener y afirmar que los jóvenes son y suponen un tesoro a proteger, y el futuro de nuestra ciudad. Por ello, mantenemos que hace falta, un claro consenso en la implicación y, lucha contra las drogodependencias y delincuencia juvenil. Es necesario solventar y dar una solución real que erradique y controle, estas circunstancias que durante tanto tiempo inciden sin obtener respuestas firmes y seguras. Luchar contra las drogodependencias y la delincuencia, naturalmente, exigen soluciones factibles, efectivas y reales, acordes y planteadas desde la realidad y características de Ceuta. Medidas y mecanismos, que vayan más allá, de las ineficientes gestiones de los poderes públicos sustentadas y sujetas a la triste actitud y costumbre de “parchear” los problemas vigentes, sin dar la solvencia que requiere y exige actuar en estas cuestiones.
Es por todo ello, que nuestro Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, plantea como iniciativa y vía para hacer frente a la delincuencia juvenil y a las drogodependencias principalmente en la población joven una serie de mecanismos y medidas con proyectos de modalidad preventiva asentados primordialmente en el deporte como alternativa educativa, social y promocional, de lucha contra estas problemáticas que permitan transmitir a través de la práctica del deporte la motivación personal y grupal suficiente para impulsar y hacer del deporte una alternativa sólida con la que nuestros y nuestras jóvenes adquieran hábitos y conductas saludables, así como lograr desarrollar la tolerancia, el respeto y demás valores y actitudes sociales, con las que mejorar la convivencia.
El MDyC, reivindica y exige para abordar a la delincuencia y a las drogodependencias, que no se pongan cortapisas a nuestros jóvenes, que la inactividad del Gobierno no suponga un obstáculo para su solución, que se atienda y se dé respuesta de manera real y efectiva a las exigencias y necesidades de la población deportista juvenil, y no, en base a las falsas expectativas, a las que nos tiene acostumbrados/as el gobierno actual.
Exigimos en definitiva, la obligatoriedad de desarrollar nuevas estrategias de carácter dinámico con las que afrontar de manera eficiente a los nuevos retos y a las nuevas demandas sociales que imponen el mundo dinámico de las drogodependencias y la delincuencia juvenil; demandamos mayor concienciación sobre los efectos nocivos de las drogas y su dañino impacto a nivel individual, familiar y social, a fin de que los y las jóvenes adquieran la conciencia suficiente para no relacionar la cultura de ocio al consumo de drogas.