Tengo una pequeña maceta en el cuarto de estar de casa, con una planta muy corriente, Yo la contemplo muchas veces a lo largo de cada día pues la tengo muy cerca de mí. No hay vez que levante la cabeza que no me encuentre con esa maceta y su planta y en unas ocasiones además de verla me vienen a la mente algunas cuestiones.
Pienso a veces en grandes jardines repletos de esas plantas y de otras de distinta clase y me imagino estar en las proximidades de ese jardín disfrutando de él porque veo a mi alrededor plantas muy bonitas y aromas francamente agradables. Alguna vez, incluso, pienso que sería muy saludable hacer un viaje a esas tierras en las que los jardines abundan y están muy cuidados. Todo es bueno en ellos y no hay malas hierbas.
Como eso de los viajes está algo reñido con mi edad, los sustituyo por las imágenes de los reportajes que me envía un alma llena de sentido del Arte. ¡Cuántas veces se ha llenado mi imaginación de asuntos maravillosos en los que todo es bondad y perfección!... que han terminado con mi regreso a la contemplación de mi maceta con su planta sana y fuerte y que recibe mi agradecimiento por haberme facilitado esa excursión imaginada a lugares bellísimos y perfectos. Ese regreso es, entre otras cosas, la vuelta al trabajo de la reflexión personal, tanto de las cuestiones que se refieren a mi vida personal como a las del mundo en el que uno lleva enrolado bastantes años. A veces se trata de la consideración de una breve noticia o de algún comentario a la actuación de algún personaje concreto.
Hoy he tenido noticia - por el periódico que leo habitualmente - del revuelo que se ha organizado por algunas frases del General Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, pronunciadas en el curso de una Conferencia sobre lla situación de España en 1898 y algunos hechos de aquella época. El encabezamiento de la noticia, en mi periódico, daba motivo a especulaciones: “El JEME asocia el separatismo a la debilidad del Estado”. Esa frase ha desencadenado una serie de especulaciones, con mejor o peor sentido, al aproximarla a lo que se está viviendo en Cataluña en estos últimos tiempos.
Yo, después de conocer esa noticia, he contemplado largamente la flor de esa maceta que tengo en el cuarto de estar, dejando libre a la mente para que le fuera posible captar cualquier sugerencia y se ha producido una con bastante vigor. Hay motivos subjetivos para que en es Conferencia se haya podido pensar en Cataluña debido a alguna que otra similitud en los conceptos tratados en la Conferencia. Y todo ello es debido, a mi juicio, de que la actual situación catalana se traduce en inquietud general en el resto de España. Inquietud porque en los tiempos que vivimos son muy otras las cuestiones que a todos nos deben preocupar. ¿Acaso no interesa la situación mundial. la Economía, el sufrimiento de tanta gente en paro?