Desde que Fernando Jover presentara la renuncia a su puesto de director del Centro Universitario UNED Ceuta, ha habido comentarios de todo tipo acerca de su sucesor.
Uno de los más verosímiles fue el de que el rector de la UNED quería decidir a quién poner, sin imposiciones desde la Ciudad Autónoma. Personas bien informadas y relacionadas con los círculos de poder local llegaron a dar nombres. Se trataba de algún vicerrector, ya dimitido, que gozaba de la confianza del rector, y que ansiaba llegar a su retiro desde un lugar tranquilo y bien pagado como Ceuta. El que informaba de esta posibilidad se lamentaba de que aquí viniera la gente sólo a jubilarse. Yo le tranquilicé explicándole que también había otros candidatos, aunque siempre cabía la posibilidad de que, aunque fuese de Madrid, viniese a la ciudad con ideas innovadoras.
Sin embargo, en los últimos días ha circulado con fuerza otro rumor, que incluso ha sido publicado, respecto a la posibilidad de que el actual director provincial de Educación ocupase la plaza. A muchos del sector de la enseñanza, a los que no les gusta su gestión, les agradaba la idea, aunque sólo fuese por quitárselo de encima (¡al enemigo que huye puente de plata!, como refería Gonzalo Fernández de Córdoba). A otros, que están vinculados a la UNED, simplemente les aterraba la idea. Finalmente, ni uno ni otro. Ha sido Francisco Javier González, el primer decano que tuvo la Facultad de Educación y Humanidades de Ceuta. De sus más de 35 años de docencia, casi la mitad se los ha pasado en cargos de gestión universitaria. Yo pienso que son demasiados (en los estatutos universitarios y en la propia legislación, se fija un máximo de 8 años). Pero Javier es un chicarrón del norte muy fuerte, que lo aguanta sin problema. Por tanto se trata de un hombre de gran experiencia en gestión universitaria, además de un profundo conocedor de la UNED (durante mucho tiempo ha sido representante de tutores en Madrid, continuando en la actualidad). Es decir, aparentemente reúne los requisitos exigidos en la convocatoria, al menos en lo referido a tiempo de permanencia en los cargos. Otra cosa son los “vicios ocultos” que salgan más adelante (como ya los previeran los sabios jurisconsultos romanos para los contratos que se pactaban entre las partes). Me refiero a los hábitos rutinarios que se adquieren cuando se permanece demasiado tiempo en los cargos, que añadidos a la edad, hacen que se pierdan reflejos y, por tanto, capacidad innovadora. Pero bueno, vamos a darle un voto de confianza a nuestro compañero Javier. Veamos qué le espera en su nuevo puesto de responsabilidad.
De los datos que el Vicerrectorado de Centros Asociados de la UNED publicó en 2012, se deduce que el centro universitario de Ceuta es el que más transferencias y subvenciones recibe de otras instituciones (en este caso de la Ciudad Autónoma de Ceuta), a pesar de ser uno de los que tiene la ratio de alumnos por tutor más baja del país. Sin embargo, imparte el 100% de titulaciones de la UNED, tiene una ratio de tutores por PAS (personal de administración y servicios) aceptable, y es uno de los de mayor porcentaje de tutores con venia docente sobre el total de tutores. De la misma forma, sus gastos corrientes representan casi la totalidad de gastos, y el coste de personal administrativo y docente por alumno es también muy alto, lo que está en concordancia con el bajo número de alumnos por tutor que tiene.
Es decir, se trata de un centro asociado de escasa rentabilidad económica, aunque de gran utilidad social; con una importante presencia en la ciudad; que presta un importante servicio público a la ciudadanía, fundamentalmente gracias a la generosa contribución de la Ciudad Autónoma de Ceuta. Sin embargo, su alta dependencia económica de la Ciudad Autónoma y el escaso número de alumnos por tutor lo hace muy vulnerable a hipotéticas políticas restrictivas futuras en el gasto dedicado a educación por parte de las instituciones locales (de hecho, a los tutores se nos ha reducido una cantidad importante de los honorarios de junio y septiembre sin aviso previo alguno). También lo sería por incremento de alumnos presenciales en la Universidad de Granada (su más directo competidor en titulaciones como Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería Informática y Educación Social), o incluso a consecuencia de actividades de difusión científica y cultural de esta misma universidad.
Lo anterior implica, bajo mi punto de vista, la necesidad de plantear y adoptar medidas imaginativas, cuyo objetivo claro fuese un mayor aprovechamiento de la infraestructura que se posee, tanto en personal docente y administrativo, como en instalaciones, así como de realizar una coordinación efectiva con la Universidad de Granada, no solo respecto a las instalaciones y posibles actividades de difusión científica conjuntas, sino también profundizando en el camino (anunciado, pero no continuado, que se sepa) de titulaciones conjuntas, e incluso programas de doctorado y másteres con implicación de ambas universidades. Sería una forma de incrementar el número de alumnos en ambas universidades y de utilizar de forma más eficiente sus recursos.
Pero esto es lo que yo pienso. Supongo que Javier, a lo largo de sus 200 hojas de Plan de Dirección del Centro (según informan los medios de comunicación), habrá incluido estas y otras medidas, mucho más perspicaces e innovadoras que las aquí expuestas. Al rector le han gustado. Al Consorcio, parece que también. A los demás nos toca dar tiempo al tiempo para ver los resultados. Esperemos que la primera medida no sea suprimir la docencia los viernes, también en la UNED, pues entonces vamos a tener que cerrar el Campus por falta de quórum. Y por supuesto, también esperamos que el amigo Javier dimita ahora de representante de tutores, pues siendo director, ya tiene la oportunidad de poner en práctica lo que se supone ha estado reivindicando durante 30 años.