En la Sección 1 del borrador del programa operativo FEDER (2014-2020) que presenta la Ciudad Autónoma se pone de manifiesto un enunciado muy elocuente: “Estrategia de la contribución del Programa Operativo a la estrategia de la Unión para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador y al logro de la cohesión económica, social y territorial”.
Acto seguido se enumeran las diferencias territoriales entre Ceuta y el resto de la Unión así como las singularidades que hacen que nuestra ciudad tenga muy difícil el ascenso a los niveles de calidad de vida de la que supuestamente disfrutan muchos otros ciudadanos europeos. Cuestión que debe matizarse para los empleados públicos municipales, que conforman un gran número, entre funcionarios y empleados de empresas municipales, y que gozan de elevados salarios. Ciertamente, se trata de un discurso lógicamente orientado a conseguir la financiación necesaria para continuar con inversiones públicas aunque también es bien lógico pensar que pueden tener, algunas de ellas, cuestionable utilidad para los fines tan grandilocuentes que se enuncian al principio de este artículo. Conviene aclarar que estamos ante una Administración pedigüeña y victimista frente a Bruselas pero que no pestañea al derrochar más de 200.000.000 euros para construir un complejo de arquitectura monumental en el centro de la ciudad a precio de oro y con unos gastos de mantenimiento imposibles de asumir.
Esta y otras inversiones ineficientes no deberían caracterizar a una Administración pobre sino más bien a otro tipo que se podría definir como derrochadora con los dineros de todos y que hace lo que le viene en gana sin dar muchas explicaciones de sus dispendios. En gran medida, en esta nueva petición de fondos FEDER parece que se las han ingeniado para recubrir con la apariencia de sostenibilidad, las inversiones en obra civil variada que siempre han marcado la gestión política en la ciudad. Mientras este documento-borrador llega a nuestras manos tenemos que indicar que la gestión política de estos cuatro últimos años ha sido desastrosa para el medio ambiente de Ceuta, un área completamente abandonada durante toda la legislatura por más que vocifere y muerda el inefable portavoz gubernamental. Por otra parte, también conviene señalar que ya hace cuatro años de la redacción del plan de acción de la Agenda 21 local de Ceuta y todavía no se ha puesto en marcha ninguna de las actuaciones consensuadas por una gran mayoría de ciudadanos de Ceuta. Contando con una ínfima parte de los fondos europeos que se están solicitando se podrían cubrir todas las acciones establecidas en el plan de Acción de la Agenda 21.
Por otra parte, sabemos que la petición de nuevos fondos FEDER 2014-2020 persigue obtener financiación europea para beneficiar a nuestra ciudad pero tenemos serias dudas de que una parte significativa de las inversiones que se quieren realizar tengan como objetivo el crecimiento inteligente, sostenible e integrador y que pretendan conseguir la cohesión económica, social y territorial. Podríamos comentar la indiferencia hacia el medio ambiente y la sostenibilidad por parte de la casta política y burocrática de la ciudad y el abandono que el territorio y los recursos sufren por la ausencia de políticas ambientales y de la aplicación de políticas urbanísticas que están provocando pérdidas irreparables al patrimonio arquitectónico, destrucción de territorio con valor ecológico, agravios a la calidad del paisaje de gran repercusión y lo que es peor provocando una especulación urbanística que está creando abismos de clase entre los ceutíes y elevando los niveles de endeudamiento de muchas familias que intentan hacer frente a la carga de su hipoteca sobre la vivienda. Al mismo tiempo hay un gran número de viviendas ilegales a lo largo y ancho del territorio ceutí.
También conviene indicar que el documento analizado es algo hueco, lleno de enunciados muy elocuentes pero que concretiza poco sobre cómo se van a gastar estos fondos y lo deja en manos de la imaginación. Unas cuantiosas inversiones son las que se le solicitan a la UE (alrededor de 50 millones de euros) y creemos que necesitan un desarrollo más pormenorizado para que al menos puedan ser objeto de control por parte de la ciudadanía que financia todos estos gastos con sus impuestos y a los que no se les da oportunidad de participar en el proceso de selección de objetivos para los que se solicitan las subvenciones. Es increíble que una administración solicite a otra un montante tan elevado de dinero y no presente unos planes pormenorizados como corresponde a cualquier proyecto de trabajo serio. Suponemos que se estarán aplicando los procedimientos habituales pero lo que sorprende es que en una administración tan recargada de empleados destinados a la burocracia, como la ceutí, no se elaboren documentos con mayor profundidad, concreción y profesionalidad.
La falta de calidad democrática y de compromiso del documento que estamos analizando con la participación ciudadana es una realidad, ya puesta en parte de manifiesto en nuestro anterior artículo al respecto, y ante ella solo podemos indicar lo siguiente: en la línea estratégica número cuatro para la promoción, difusión, información educación y participación ciudadana incluida en la Agenda 21 y en su plan de acción se indica que la implicación ciudadana es fundamental para el éxito en el desarrollo de las acciones planteadas. En el punto 4.9 del programa de actuación de la Agenda 21 local de Ceuta se pone de manifiesto la importancia de alcanzar un compromiso político para favorecer la mayor y real participación ciudadana y de esta forma mejorar las relaciones entre la administración y los administrados. Para ello el mencionado programa de actuación propone llevar a cabo actividades de presión y la exigencia a los políticos de unas cuotas mayores de acercamiento, transparencia, compromiso político, concienciación de la realidad social, visión de la ciudad en su conjunto, así como de denuncia de los grupos de poder que atenten contra el desarrollo sostenible.
Para hacer mejor las cosas entre todos solicitamos la inclusión de la participación ciudadana independiente en el proceso de selección de los objetivos para los que se solicitará financiación europea. Además, también solicitamos la puesta en marcha de la Agenda 21 local de Ceuta a cargo de los millonarios fondos europeos. En relación a la selección de los objetivos temáticos para los que se solicita financiación se puede decir que llama la atención el abandono de dos objetivos (comentados en otro artículo del 13 de septiembre) que nos parecen cruciales para el futuro económico de la ciudad y la buena convivencia en la Ceuta de dentro de unas décadas. Cierto enfoque alienante con la cuestión ambiental es patente pues hay propuestas de objetivos que reinterpretan libremente la cuestión de la sostenibilidad y hay proyectos desarrollistas/economicistas insolentemente pintados de verde y además mal evaluados ambientalmente. Asimismo, la ausencia de concreción es muy patente en asuntos de gravedad ambiental como son las necesarias aunque poco electoralistas infraestructuras de saneamiento. Sobre los objetivos seleccionados y la ausencia de concreción y proyectos bien establecidos volveremos en otra de nuestras colaboraciones más adelante.