Tu vida, como la de cualquier ser humano está cuajada de emociones; a veces de muy corta duración, quizás las más numerosas, y algunas muy profundas y duraderas, tanto que a veces no se sabe si han terminado o sigue profundizando en nuestra alma y llenando cualquier actividad nuestra de un algo especial,
algo que es la continuación de ese sollozo que casi nos derrumbó porque nos dolía el alma y todo nuestro ser estaba dominado por esa sensación que nos hace más reflexivos a la par que receptivos de forma tal que somos capaces de ver y de sentir de una forma especial, con más humildad y dolor porque las injusticias se hacen más visibles y dolorosas. El ser humano se hace más noble y sincero, cuando todo su ser siente la sacudida de un sollozo.
Somos, los españoles, una Nación pobre de recursos materiales. La escasez se vive por la mayoría de la población y cada persona, en concreto, la ha vivido teniendo que salvar muchas dificultades, a veces sacrificando deseos de unas posibilidades interesantes. Es la entrega personal al beneficio de un conjunto que bien puede ser la decisión de contraer matrimonio y dedicarle a él todas las fuerzas de su espíritu y las de su trabajo, dejando de lado otras perspectivas que podían ser muy sugestivas. No todo tiene el colorido de esas bodas de gente famosa que casi a diario nos ofrecen los programas de TV. Hay esa otra vida, llena de heroicidad, de quienes se entregan al matrimonio para constituir el comienzo de una familia que desean numerosa y feliz. Esta es la verdad de la vida; no la otra.
Estoy seguro que toda persona puede conocer casos de extrema pobreza de un matrimonio que cuenta con muchos hijos , alguno de ellos enfermo, y que tiene que recurrir a la caridad pública para poder atender, bajo mínimos, las necesidades de la familia. Es cierto que tiene, o puede tener, alguna asistencia de las Organizaciones creadas para tal fin, así como las propias del Estado y eso es una salvaguarda pero no le permite salir de la pobreza. Su vida, la de esa y otras muchas familias con detalles más o menos similares, es una continua penalidad y más de una vez ese sufrimiento se hace más intenso, por cualquier adversidad nueva. Las almas de esos padres están oprimidas por el dolor y de sus ojos se escapan unas lágrimas. Es tal vez sólo un sollozo pues hay que seguir trabajando como sea y en lo que sea y para ti y para mi, aunque sólo sea un sollozo lo que sentimos, se nos ha partido el alma.
Hoy día la venganza está muy generalizada, no ya de forma individual, sino entre grandes grupos de gente de una misma Nación y entre naciones, aunque en cada caso tomen unas características diferentes ¡Qué triste es ese empeño de dominar a otras personas por medio de la fuerza o, lo que todavía resulta peor, la traición. Hay motivos más que suficientes para que el mundo se sienta alarmado, aunque en la vida de cada día puedan aparecer otras muestras de satisfacción más menos duraderas en el tiempo. A veces se sacrifica la verdad de la vida, se la deja arrumbada por una atracción festiva, del tipo que sea. Es. quizás, una válvula de seguridad, o de escape, pero el problema sigue vivo y quizás en algún momento, incluso en el curso de la fiesta el alma se siente dolorida por un sollozo que no se ha podido evitar, porque es la vida misma la que se presenta con su realidad no con lo ficticio.
Aunque sólo sea un sollozo lo que invada tu alma, déjalo que haga su labor en pro de la mejora de la vida, la de todos y la de uno mismo. Deja que actúe y trátalo con verdadero cariño, es un sentir que demanda tu alma y ello tiene un valor incalculable. Es, tal vez, la vida misma, la verdadera la que sale a flor, la que se hace visible a todo tu ser. Acógelo y vívelo con toda la fuerza de tu ánimo. Lo merece y lo necesitas tanto tú como yo y cualquier otra persona; es un signo de vida fecunda.