Cada día que nace nos ofrece a los seres humanos - mujeres y hombres - un sin fin de posibilidades, de cosas nuevas a las que abordar o de ya conocidas a las que hay que ofrecer un algo de corrección tratando de llevarlas a la mayor perfección.
Ese es nuestro trabajo fundamental, el de cada instante de nuestra vida y por eso ésta resulta tan interesante e importante. No es para andar presumiendo de ello pero sí para que nos sirva de estímulo cada pequeño escalón que hayamos sido capaces de subir en nuestro camino hacia el bien hacer en cada instante de nuestra vida. Esta es la gran ocupación de nuestra vida, que se materializa en un sin fin de actividades, más o menos importantes, a las que dedicamos nuestra diaria actividad.
Cuando alguna persona dice que está aburrida, que no sabe qué hacer y que todo le da igual, hay que tratar de ayudarle porque ha perdido la noción de lo importante que es su vida; da igual que esté pasando alguna que otra dificultad o que no tenga dificultades materiales para ir afrontando las necesidades de cada día. Esa persona, cualquiera que sea, necesita que su ánimo se llene de metas a conseguir; metas reales, metas que pueden ser conseguidas con esfuerzo y dedicación y que cambian totalmente el sentir personal. ¿Cuántas personas se consideran, a sí mismas, con poco o nulo valor ante tanto como ofrece la vida. No todo son ramos de rosas pero sí son rosales a los que hay que acudir para conseguir una flor, aunque ello suponga alguna que otra herida que nos haga espabilar.
Escoge libremente tu camino en cada etapa nueva que se nos ofrece; es un tiempo que se agota con facilidad y no se le puede retener. La vida es algo muy serio y valioso, aunque las apariencias - a veces - no lo justifiquen. Piensa seriamente en ello y no te dejes llevar por esas corrientes de novedades que satisfacen a la vanidad y empobrecen la categoría del ser humano. Tu nueva etapa, tu nuevo día, tu instante de decisión, necesita una gran fortaleza interior que se va consolidando con el ejercicio de tantos y tantos instantes de vida interior y de negaciones a lo que nos pueda distraer o llevar por otros caminos en los que abundan las ligerezas: Cada nueva etapa tiene como base la verdad de la vida, con su dureza y sus ilusiones para mejorar. No pienses que ya está hecho todo el trabajo de tu vida, pues cada día es una etapa más que hay que cubrir con realidades, productos de tus deseos de mejora, de mayor calidad y entrega a la verdad. Es muy fácil ofrecer - lo que sea - pero lo importante es empezar a hacer el bien y no dejar un sólo instante sin estar volcados en ese empeño, porque es totalmente necesario para el bien personal y para el conjunto de la sociedad. Ésta se alimenta de la actitud personal de cada persona que la integra; sea cual sea su nivel material de ocupación en la organización social. Eres tú, quienquiera que seas, y yo mismo - personas corrientes - las que nos hemos de esforzar en cubrir cada etapa de nuestras vidas con el mayor esplendor silencioso de dedicación a la verdad y a los demás.