La Constitución cumplió el pasado viernes 35 años. La de 1978, la que pactaron izquierdas y derechas, partidos nacionales y nacionalistas. Desde el paso del tiempo podemos mirar al pasado, el presente y el futuro de la Ley de Leyes con la tranquilidad del tiempo pasado. Pero no fue nada fácil cuando en aquellos años la izquierda ceutí comienza a salir públicamente y darse a conocer. Tan solo habían pasado tres años de la muerte de Franco. Pero deciden tras cuarenta años de clandestinidad, y según los acontecimientos que se están sucediendo en la vida política nacional, celebrar su primera reunión pública, el 27 de enero de 1977, en el restaurante “La Diagonal”, en la zona del Tarajal. Dos coches de policías a una cierta distancia, vigilaban las entradas y salidas al local. El salón se ornamentó con pancartas y murales relativos a la democracia. En la mesa presidencial entre otros, Fructuoso Miaja, Francisco Vallecillo, Pepe Escribano o Carlos Medina. El discurso de presentación estuvo a cargo de Miaja.
Unos meses después, el 15 de junio de 1977, los españoles participamos por primera vez en unas elecciones en plena libertad. En las que triunfa la UCD, mientras el PSOE se consolida como el primer partido de la oposición. Tuvieron un carácter espontáneo, que no ha vuelto a repetirse, y en buena medida fueron producto de la improvisación, como demuestra el hecho de que UCD, la coalición a la postre vencedora, se formara el 3 de mayo, veinte días antes de iniciarse la campaña electoral, con el acuerdo de 17 pequeños partidos. Las Cortes elegidas en aquella primera oportunidad concedieron absoluta prioridad a la tarea de redactar una Constitución. Los años anteriores a la legalización de partidos los demócratas ceutíes estaban pendientes y recibiendo información a través de las emisoras como Radio Paris Internacional.
Unos años antes de aprobarse la Constitución, los socialistas ceutíes liderados por Paco Vallecillo, y Fructuoso Miaja, comenzaron sus primeras reuniones en público. Ya no había que celebrarlas en la clandestinidad en el país vecino o casa particular. Las primeras reuniones se suceden entre la cafetería “Noray” de Miaja, la academia de Pepe Escribano, en el edificio La Perla, la casa de Vallecillo en la zona de la Playa Benítez o el domicilio de Puga. Cualquier lugar era bueno para comenzar, pero siempre vigilando que la policía no supiera de estas clandestinas reuniones. Tras su legalización, tuvieron varias sedes, Marina Española, calle Independencia, La Legión (casa Guillen), calle García y la sede actual en Daoíz.
En aquella histórica reunión de 1977, se produjo un discurso del secretario de Organización, Francisco Vallecillo, que marcó en cierta medida la línea a seguir. Con un clavel rojo en la solapa, dejó claro las pautas que seguirán en el partido para conformar la recién estrenada democracia española. Su intervención de treinta y cinco minutos, entre otras cosas dijo: “No quisiéramos terminar sin decir que la tarea que se abre entre nosotros no va a ser un camino de rosas precisamente. Que nadie piense que el restablecimiento ya inminente de las libertades en España es un festival en el que los socialistas vamos a tomar parte. Llevamos cuatro largas décadas de celebraciones triunfalistas y es precisamente ahora cuando nos toca luchar con dificultades ingentes, porque hemos de recomponer una herencia que nos llega desarbolada, tarada, llena de vicios y de defectos”.
Precedente en la Constitución de 1931
En nuestra historia constitucional el precedente con el que, por cierto, guarda mucha similitud, es la Constitución republicana de 1931. La Constitución republicana, nacida de unas elecciones municipales y de la posterior renuncia al trono por parte de Alfonso XIII introdujo por primera vez algunas innovaciones del constitucionalismo contemporáneo, como son la renuncia a la guerra como forma de resolución de conflictos internacionales, o la inclusión, de un Tribunal Constitucional, llamado Tribunal de Garantías Constitucionales. Introduce también, por primera vez, la descentralización del Estado, por medio de las Comunidades Autónomas, anticipo de la organización territorial de la constitución de 1978.
En aquella Constitución de 1931, ya se estableció una adecuación del régimen autonómico con la especificidad de Ceuta. Recordemos que en el Título I, relativo a la Organización Nacional, aun sin nombrarla directamente, se prevé que "los territorios de soberanía del Norte de África se organizan en régimen autónomo en relación directa con el poder central". Que Ceuta, al igual que Melilla, consiguieran ser consideradas como provincias, con su posible desarrollo autonomista, fue un tema muy debatido durante toda la tramitación de la Constitución Española de 1931.
Habría que destacar la sesión del Congreso del 22 de septiembre de 1931, donde el diputado por Ceuta Sánchez Prado, tomó la palabra: "Como ustedes saben, el día 22 de mayo del corriente año, Ceuta y Melilla consiguieron la autonomía, antiguamente, estaban incorporadas unas veces al Protectorado y otras veces a Cádiz, cosa que no les convenía de ninguna manera. Cuando vino la República se aprovechó la ocasión para pedirlo y así se consiguió. Aprovecho este momento para defender la autonomía de ambas ciudades”.
Otro momento de debate en el Congreso sobre Ceuta tuvo lugar tras los preparativos de las elecciones que se avecinaban para noviembre de 1933. Para estos comicios Ceuta y Melilla, seguirán teniendo un representante en el Congreso de los Diputados, pero cuando se estaba llevando a cabo la discusión del dictamen sobre el proyecto para reformar la Ley Electoral, corrió serio peligro esta opción. Nuevamente el diputado, tomó la palabra: "Señores diputados, suprimir las circunscripciones de Ceuta y Melilla sería tanto como haber perdido el tiempo, como haber tirado al suelo todos los trabajos que hemos realizado. Luego llega la Constitución y en su Artículo 8º lo dice claro. Los territorios de Soberanía del Norte de África se organizaran en régimen autónomo en relación con el poder central. Ceuta no es Cádiz, tiene problemas completamente distintos a Cádiz e igualmente le pasa en Melilla con Málaga. Nosotros somos la verdadera puerta de entrada en las relaciones con el Protectorado, nuestro régimen es especial, ¿Esto no indica que son nulas las relaciones que nosotros podamos tener con Málaga o Cádiz?, Tendremos únicamente las de hermandad, las de Patria, pero nada más, nosotros no tenemos relaciones de ninguna clase en las que haya intereses comunes".
En mayo de 1931, un gran número de ceutíes, se dieron cita en el puerto para recibir a la representación Autonómica que viajó a Madrid. Sánchez Prado encabezaba esta comisión, junto al teniente de alcalde Manuel Olivencia Amor, y los concejales Sertorio Martínez, Sánchez Mula y Ruiz Medina. Esta legación se reunió con diferentes ministros con el fin de establecer las primeras pautas para la autogestión. El Gobierno Provisional presidido por Azaña, estaba dando forma a la nueva Constitución Española, a escaso un mes de aquellas primeras reuniones, el 22 de mayo, se aprobó el articulo 8º donde daba la opción a nuestra ciudad de poder tener la prerrogativa de gestionar su futuro, en este capítulo se podía leer: “El Estado español, dentro de los limite irreductibles de su territorio actual, estará integrado por municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyan en régimen de autonomía. Los territorios de soberanía del norte de África se organizaran en régimen autónomo en relación directa con el Poder central.".