El delegado del Gobierno manifestaba el otro día que no entendía la polémica surgida por la escalera. Yo sí que la entiendo y particularmente me da vergüenza contemplar las imágenes que día tras día se están produciendo en este rincón de la ciudad. Rincón ubicado en el último paso de Ceuta, pero igual de válido que cualquier otro de los situados en la ciudad (o al menos debería ser así). Quizá mi forma de pensar sea la equivocada, pero los sentimientos no pueden engañar y los que yo tengo cada vez que veo a esos porteadores trepar como cabras por el monte para acudir corriendo a comprar a las naves son de absoluto rechazo. ¿Se puede permitir lo que está pasando? Se está haciendo, lo que me hace pensar que toda esta esperpéntica y lamentable situación generada ha sido fruto de una cabezonería.
Día tras día, nada más se abre la frontera, hombres y mujeres (muchas de ellas con apariencia de ancianidad) suben por el monte, ayudándose unos a otros, ofreciendo una imagen tercermundista e inhumana ante los ojos de guardias civiles y policías que, quiero creer, sentirán el mismo rechazo que cualquiera. Se arrastran, echan mano de manos que se tienden entre la multitud, corren... así día tras día en jornadas en las que a Dios le ha dado por repartir milagros. Los padres con niños que residen en Marruecos corren la misma suerte. Tras el derribo de la escalera se ven obligados a trepar por los montes como si fueran contrabandistas, mientras las administraciones mienten, engañan o no entienden la polémica generada como le pasa a Pacoantonio. ¿A nadie realmente le importa el problemón que se ha montado porque a alguien le ha salido de las pelotas tirar la escalera? Si esto debiera ser grave, más aún lo es la alternativa que los políticos presentan: “Vamos a construir otra escalera”. ¿Y nadie dice nada, a nadie le resulta esto ridículo, dónde están los partidos de la oposición ya que el Gobierno hace y deshace a su antojo, en qué lugar se ha escondido Caballas, ya dejó Carracao el gusto de fotografiarse mirando el hueco de la escalera demolida?
Yo sí que entiendo la polémica por el derribo irracional de esta escalera, lo que no entiendo es la poca vergüenza y la pasividad insultante que llega a dominar a las esferas de una ciudad en la que se permite que se esté viendo a hombres, mujeres y niños arrastrarse por el monte para poder ganarse la vida o para estudiar. Miren qué delitos.