No lo entiendo. Es simple. Es que por más que lo pienso, no lo entiendo. ¿Cómo se puede ser así? ¿Por qué tanta crueldad? ¿Cómo puede haber tantos malnacidos en este mundo que se dedican a hacer atrocidades a pobres animales indefensos? Me llegan día sí y día también, comentarios y pots de gente buena preocupada por estos animales; en algunos piden casas de acogida, en otros casos dinero para tratamiento veterinario o comida, otros simplemente por mostrarnos la crueldad del hombre. Crueldad que no se queda simplemente en el abandono de un animal, sino en un pobre gatito pegado literalmente en la carretera mientras su madre desde el otro lado maúlla por él, o en un perro cojito y herido pidiendo qué comer, incluso un gato casi herido de muerte en el cuello. De verdad, insisto, ¿nadie va a hacer nada? Recogemos firmas, recogemos dinero, damos el alma y la vida por ellos, y el resto de la gente nos mira como a locos por defender algo que en mi opinión, es un atentado contra la vida.
Veneno, cazadores, gente que los atrae ofreciéndoles comida y les pegan una patada en cuanto se acercan, hijos del infierno que son capaces de atropellar una y otra vez a una pobre cría o dejarla abandonada a su suerte en el arcén de la carretera incluso arrojándolos por la ventana.
Creo que tenemos la obligación moral de proteger al indefenso y no acabar con su existencia. Nos estamos cargando el mundo y todas las criaturas que hay en él por simple capricho y egoísmo.
Hago un llamamiento a todo aquel que se le parte el alma viendo sufrir a otro ser, que alce la voz por aquellos que no tienen. Que jamás dejen de llorar la muerte de un ser vivo si lo sienten, que si ven algún tipo de maltrato que denuncien sin reparo.
Dicen que el ser humano se distingue de otros animales por su gran conciencia. Yo discrepo. El ser humano se distingue por creerse mejor que el resto. Y una vez más demuestran su sangre fría maltratando, abandonando o arrebatando vidas inocentes.
Yo no creo ser mejor que nadie, por eso cada vez que veo este tipo de atrocidades grito por ellos hasta quedarme sin voz. ¿Y tú?