Algunos ya tachan de misterioso lo que ocurre por los campos de Ceuta los días anteriores y posteriores a la mochila, y es que es digno de mención ver lo limpio, brillante y reluciente que está. No es obra de duendes ni hadas, es una gestión elaborada por el Gobierno de nuestra ciudad, el cual pone muchísimo empeño en esconder la realidad ante tantos inusuales ojos que vagan por allí durante estos días. Me dio muchísima pena, cuando hace unos días me dirigía a enseñarle las maravillas de mi preciosa tierra a un familiar que ha venido de lejos a visitarme, cuando me topé con la más dura realidad medioambiental de nuestro pueblo. La basura en los caminos y senderos, los cuales distorsionaban con el verdor del momento, el olor reinante por la zona, no hacía honor al dulce cantar de los pajarillos, y así un largo etcétera.
Recuerdo que los días anteriores y posteriores a la Mochila (anterior a todo esto) subí a hacer lo propio a García Aldave, la cual recorrí fervientemente. En ella encontré parajes dignos de una superproducción de Hollywood, verdes praderas inmaculadas, una limpieza, cuanto menos hecha a conciencia, numerosos los contenedores de basura, recién estrenados para tan clamoroso día.
En fin, lo que hoy vengo aquí a compartir señor Vivas, es que al igual que usted es gobernante los 365 días del año, yo quiero sentirme orgulloso de los montes de mi ciudad también esos 365 días. Imagine usted el caos que se armaría, si nuestro pueblo hiciese lo mismo con el personal de su gobierno, y solo tuviese usted un par de oportunidades al año, de demostrar su valía y de mostrarnos cuanto es capaz de aportarle a Ceuta.
Muchísimo más importante señor Vivas, es destacar el hecho de que Ceuta y sus extensiones, ya estaban aquí muchísimo antes de que usted y yo llegásemos, por lo que somos nosotros señor Vivas, los que le debemos total lealtad y respeto, y no al revés.